Queridos todos: hoy se cumple una semana de estancia en San Francisco y ya vamos notando el cansancio después de tanta caminata. Ayer, como por la noche íbamos a la ópera, nos tomamos el día con algo más de tranquilidad, aunque esto no nos ahorró nuestro paseo mañanero de varias horas. Bajamos en metro hasta Powell (el centro del downtown) para echar un ojo por ahí y comprar un par de cosas sin importancia, -una bufanda, por ejemplo, porque me han soplado que a La Esperanza ya llegó el invierno-. Después Chinatown sin prisa pero sin pausa hasta llegar, subiendo Russian Hill, colina en la que uno puede "disfrutar" de las conocidas calles de San Francisco y coronarla con la lengua fuera. Terminamos nuestro paseo en Lombard Street, la famosa calle serpenteante de la ciudad, inmortalizada en el cine muchas veces.
La visión de la calle es mejor desde abajo, así que pasamos de coger el Cable Car que para en el comienzo de la calle para caminar un poco más recorriendo la calle, tomando las preceptivas fotos entre guiris como nosotros, hasta llegar a Columbus St. y ya subirnos a un Muni (¿trolebús?), atestado de gente, mayormente chinos, y que con un calor de muerte nos llevó hasta Powell de nuevo, nuestro punto de partida, para volver a casa. Como yo quería descansar un poco antes de meterme Aida entre pecho y espalda, almorzamos frugalmente por el barrio y mínima siesta de 1h antes de acicalarme para tal evento. A las 8 estábamos ya sentados en nuestras butacas escuchando a algún prócer de la ciudad relatando las millonadas que habían donado ciertos filántropos a la ópera (una pareja sólo 30 millones de dólares) y agradeciendo al equipo de béisbol de Los Giants su préstamo del estadio para retransmitir la ópera al mismo tiempo, gratis, en el césped del campo de juego.
Pero nosotros, como señoritos, cómodamente sentados en el teatro (-¡gracias Willy!-), justo enfrente del Ayuntamiento, el mismo lugar donde mataron a Harvey Milk.
Esta hubiera sido otra opción a tomar en cuenta, y más cuando estamos teniendo unas noches cálidas perfectas para un espectáculo al aire libre.
Al final de la representación, que estuvo espectacular, los cantantes principales salieron a escena a saludar vestidos con algo del equipaje deportivo del equipo. Todo muy americano sin duda. Los planes para hoy son ir a ver METROPOLIS al famoso Castro Theatre.
Y esto ha sido todo. Mañana Folsom Fair en la calle y el martes nos vamos a Las Vegas.
Habrá más.
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