viernes, 10 de septiembre de 2010

ADICTIVO

Me habla de él mi amiga Isa ayer, mientras tomábamos un agradable café a media mañana, y me habla, casualidades de la vida, también mi hermano durante el almuerzo familiar, ese almuerzo al que acudimos recurrentemente los que hemos abandonado el nido hace ya muchos años. Ambos me hablan de él maravillas y ambos me lo aconsejan con ganas. Pues bien, como estaba escrito (así se escriba y así se cumpla) me planto en La Isla y me hago con el libro, eso sí después de pagar una módica suma a mi amigo y librero Alexis. Sí, ¿no hay quien va presumiendo de tener abogado? pues yo presumo de tener librero. Bien, vuelvo a libro, que escribo como hablo y, a lo tonto a lo tonto, me salgo del tema y acabo hablando de esa ola de conservadurismo que me pone tan nervioso.
Empecé a leer el libro Vidas escritas, que así se llama la obra de Javier Marías, por la tarde. Después me lo llevé a la cama y esta mañanita, entre ducha y café, me leí otro se sus pequeños capítulos. Pequeños y adictivos. Me encuentro con un libro formado por múltiples y pequeñas reseñas de escritores y escritoras -en este caso vamos a decir que la puntualización está justificada suficientemente-. Anécdotas, manías, vida, obra; es decir, de lo humano y lo divino de cada uno de esos personajes, famosos e ilustres a la par que genios. Ya anda el libro esperando sobe alguna mesa, ¿dónde lo habré dejado? Esperaré a que me reclame, que lo hará.

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