Las noticias de todos los medios nos bombardeaban ayer con la nueva ley de Cajas de Ahorro. La guinda del pastel parecía que por fin se habían eliminado a los políticos de sus consejos de administración y bla bla bla. Hoy, buceando más profundamente en el tema, doy con el quid de la cuestión, que no es otro sino perpetuar nuestro bendito sistema financierobancario y hacer que algunos -que serán los de siempre- ganen más dinero.
Para muestra un botón: hasta ahora un cuarto de los beneficios de las Cajas se invertían en obra social (cultural, sanitaria, etc.). Ahora ese cuarto habrá de dividirlo para pagar, a su vez, a los nuevos accionistas al empezar las Cajas, de alguna manera, a funcionar como bancos. ¿No estamos frente a una privatización encubierta? ¿seguro que seguimos gobernados por un partido de izquierdas? A ver qué hace el PP ahora, como nos tienen acostumbrados a llevar la contraria... seguro que con esto están de acuerdo.
Y mientras, como si no tuviéramos problemas mucho más importantes, venga Montilla a seguir dando la tabarra con el dichoso Estatut catalán. ¡Mudo cretino este!
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