El barbero de Sevilla (en italiano Il barbiere di Siviglia) es una ópera bufa en dos actos de Gioacchino Rossini con el subtitulo de La inútil precaución. El libreto de Cesare Sterbini está basado en la comedia del mismo nombre de Pierre-Augustin de Beaumarchais a quien pertenece también Las bodas de Fígaro, sobre el que Mozart basó su famosa ópera y que es la secuela o continuación de la historia del barbero y sus andanzas.
Previamente se escribieron obras de la misma temática tales como las compuestas por Giovanni Paisiello y Nicolas Isouard. Aunque la ópera de Paisiello triunfó por un tiempo sobre la de Rossini, sólo ésta soportó el paso del tiempo y es todavía una de las obras permanentes del repertorio operístico, sólo en el Metropolitan Opera de Nueva York, desde su estreno en 1883, se han llevado a cabo 820 representaciones. La contralto Geltrude Righetti Giorgi fue la primera Rosina de la historia mientras que el papel de Almaviva fue asignado por el mismo Rossini al gran tenor español Manuel del Pópulo Vicente García.
Rossini escribió esta ópera en tiempo récord, pues el contrato de la ópera se firmó menos de dos meses antes de su estreno. Muchos años después, Rossini alegaba que la terminó en sólo trece días. Sin embargo, es muy probable que el tema de Fígaro hubiera rondado por su cabeza desde mucho tiempo antes de su composición.
Fue estrenada en el Teatro Argentina de Roma el 20 de febrero de 1816. En España se estrenó en 1818, en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona y en Argentina fue la primera ópera que se representó el 3 de octubre de 1825 por un grupo de cantantes que habían llegado hasta Brasil y fueron contratados por el presidente Bernardino Rivadavia. Figuró en la primera temporada del Teatro Colón de 1908 a cargo de Titta Ruffo y Feodor Chaliapin, se representó en 32 temporadas haciéndola la sexta ópera más popular en la historia del coliseo porteño.
La conocidísima obertura de esta ópera se toca con frecuencia como pieza de concierto. Su carácter alegre, chispeante y humorístico prepara al público para las divertidas circunstancias y enredos de la trama argumental. Se sabe que su música había sido utilizada por el compositor como obertura de dos óperas anteriores. Sin embargo, ha quedado ligada de manera permanente a ésta, una de sus obras maestras. La obertura también fue utilizada como marcha de la banda de guerra del Ejército Mexicano en tiempos de Santa Anna. También es ampliamente conocida el aria Largo al factótum, interpretada por Fígaro y que da cuenta de la importancia que éste se atribuye en la obra.
Está inspirada en la Sevilla de fines del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII. Esta es una obra en la que Rosina, una bella muchacha rica y huérfana, a quien su tutor, don Bartolo la tiene encerrada sin dejarle salir más que para ir a misa con la esperanza de casarse con ella algún día, está enamorada del joven conde de Almaviva. En la barbería de Fígaro se mira con simpatía al joven conde, y el barbero procura favorecer su amor con Rosina, para ello le da por consejo al conde que se disfrace de soldado con boleto de alojamiento pero con la mala fortuna que don Bartolo es de los poco en la ciudad que por privilegios no está obligado a recibir soldados, Almaviva es rechazado y a punto de ser detenido por falsedad. Pero Fígaro le anima y se vuelve a disfrazar de clérigo con la intención de darle la acostumbrada clase de canto sustituyendo a su viejo maestro don Basilio, que se ha puesto enfermo. Pero la mala fortuna hace que siendo afeitado don Bartolo por Fígaro se presente el auténtico maestro don Basilio. Pero Fígaro lo arregla con una moneda de oro en la mano de don Basilio, de este modo el conde de Almaviva y Rosina acuerdan casarse en secreto. Pero el viejo tutor don Bartolo que no se fía llama al escribano para adelantar la boda, Fígaro se da cuenta y avisa al conde Almaviva que se apresura y se casa con Rosina.
Previamente se escribieron obras de la misma temática tales como las compuestas por Giovanni Paisiello y Nicolas Isouard. Aunque la ópera de Paisiello triunfó por un tiempo sobre la de Rossini, sólo ésta soportó el paso del tiempo y es todavía una de las obras permanentes del repertorio operístico, sólo en el Metropolitan Opera de Nueva York, desde su estreno en 1883, se han llevado a cabo 820 representaciones. La contralto Geltrude Righetti Giorgi fue la primera Rosina de la historia mientras que el papel de Almaviva fue asignado por el mismo Rossini al gran tenor español Manuel del Pópulo Vicente García.
Rossini escribió esta ópera en tiempo récord, pues el contrato de la ópera se firmó menos de dos meses antes de su estreno. Muchos años después, Rossini alegaba que la terminó en sólo trece días. Sin embargo, es muy probable que el tema de Fígaro hubiera rondado por su cabeza desde mucho tiempo antes de su composición.
Fue estrenada en el Teatro Argentina de Roma el 20 de febrero de 1816. En España se estrenó en 1818, en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona y en Argentina fue la primera ópera que se representó el 3 de octubre de 1825 por un grupo de cantantes que habían llegado hasta Brasil y fueron contratados por el presidente Bernardino Rivadavia. Figuró en la primera temporada del Teatro Colón de 1908 a cargo de Titta Ruffo y Feodor Chaliapin, se representó en 32 temporadas haciéndola la sexta ópera más popular en la historia del coliseo porteño.
La conocidísima obertura de esta ópera se toca con frecuencia como pieza de concierto. Su carácter alegre, chispeante y humorístico prepara al público para las divertidas circunstancias y enredos de la trama argumental. Se sabe que su música había sido utilizada por el compositor como obertura de dos óperas anteriores. Sin embargo, ha quedado ligada de manera permanente a ésta, una de sus obras maestras. La obertura también fue utilizada como marcha de la banda de guerra del Ejército Mexicano en tiempos de Santa Anna. También es ampliamente conocida el aria Largo al factótum, interpretada por Fígaro y que da cuenta de la importancia que éste se atribuye en la obra.
Está inspirada en la Sevilla de fines del siglo XVII o comienzos del siglo XVIII. Esta es una obra en la que Rosina, una bella muchacha rica y huérfana, a quien su tutor, don Bartolo la tiene encerrada sin dejarle salir más que para ir a misa con la esperanza de casarse con ella algún día, está enamorada del joven conde de Almaviva. En la barbería de Fígaro se mira con simpatía al joven conde, y el barbero procura favorecer su amor con Rosina, para ello le da por consejo al conde que se disfrace de soldado con boleto de alojamiento pero con la mala fortuna que don Bartolo es de los poco en la ciudad que por privilegios no está obligado a recibir soldados, Almaviva es rechazado y a punto de ser detenido por falsedad. Pero Fígaro le anima y se vuelve a disfrazar de clérigo con la intención de darle la acostumbrada clase de canto sustituyendo a su viejo maestro don Basilio, que se ha puesto enfermo. Pero la mala fortuna hace que siendo afeitado don Bartolo por Fígaro se presente el auténtico maestro don Basilio. Pero Fígaro lo arregla con una moneda de oro en la mano de don Basilio, de este modo el conde de Almaviva y Rosina acuerdan casarse en secreto. Pero el viejo tutor don Bartolo que no se fía llama al escribano para adelantar la boda, Fígaro se da cuenta y avisa al conde Almaviva que se apresura y se casa con Rosina.
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*Obertura.
*Largo al factotum.
*La calunnia.
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