Ya he contado en alguna ocasión que en navidad me regalaban libros, de Los Cinco, de Agatha Christie... y fue así como empezó mi gusto por la lectura.
Leo ayer que no-se-qué actor famoso flipaba con los Lego y fue entonces cuando recordé mi gran caja de zapatos -bueno, de botas-, en donde guardé durante muchos años todas mis piezas de Lego. Posiblemente ahí fue cuando empezó a germinar mi vocación de arquitecto. Hacía pequeñas casas, piscinas, cochitos, etc. Incluso recuerdo que llegué a hacer una maqueta de la primera casa entre medianeras que nos encargaron nada más terminar la carrera, años a...
La caja de cartón, con casi todas sus piezas, la heredó mi sobrino y por algún lado debe andar. Ahora, a las piezas les debe costar lo que no está escrito luchar contra los videojuegos.
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