Degustar un buen solomillo o un chuletón de ternera parece ser todo un problema ambiental para el planeta. ¿Es esto cierto en España? ¿Qué se consigue por renunciar a la carne al menos una vez a la semana? ¿Es el pollo mejor que la ternera? ¿Y el avestruz? ¿Cuál es el impacto de alternativas como el tofu? Hoy en día se cuentan cerca de 1.496 millones de cabezas de ganado vacuno y búfalos en el mundo. Según un estudio de la FAO de 2006, esta inmensa cabaña tiene una gran importancia económica, social y alimentaria para la humanidad, pero también es señalada como una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad a escala planetaria por el cambio de uso de tierras para pastos y piensos en determinados países, así como uno de los grandes emisores de gases responsables del cambio climático, en especial del gas metano (CH4) que producen estos animales durante su digestión, al igual que otros rumiantes como ovejas y corderos. Esta amenaza ambiental con forma de filete engloba también en distinto grado al resto de la ganadería, por ello diversas organizaciones ecologistas y famosos como Paul McCartney reclaman un cambio de hábitos alimenticios y que se renuncie a comer carne al menos una vez a la semana. En España, existen muy pocos estudios que analicen este asunto y mucha incertidumbre sobre los datos. Las estadísticas oficiales dicen que el conjunto del sector agrario (agricultura y ganadería) representa un 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero del país y que un 3% de ellas corresponden específicamente a las emisiones de metano del ganado rumiante (bovino y ovino) calculadas a partir de estimaciones. Quizá un 3% parece poco, pero representa más que la aviación nacional (1,8%), o tanto como la industria del cemento (3,3%) o la del refino de petróleo (3,1). Además, estos porcentajes de la agricultura y la ganadería se refieren sólo a emisiones directas en el campo y se dejan fuera todas las emisiones vinculadas al transporte o al uso de la energía. "Las emisiones de la ganadería son significativas y este es un sector no regulado muy difícil de controlar", incide Luis Jiménez Herrero, director del Observatorio de la Sostenibilidad en España (OSE).
http://blogs.elpais.com/eco-lab/2010/04/hay-que-hacerse-vegetariano.html#more
Hola JC,
ResponderEliminarHace tiempo que tenía este post pendiente de contestación.
La creencia general de que la alimentación basada en los productos cárnicos es más contaminante que la basada en los productos agrícolas no parece que esté sustentada en ningún estudio serio.
Como se explica en el post de Magonia cuyo link te envío, todo partió de un informe de la FAO del 2006 con muy serios errores metodológicos:
http://blogs.elcorreo.com/magonia/2010/3/22/consumir-menos-carne-y-lacteos-tendria-gran-impacto-la
Pero supongamos que la industria ganadera produce, digamos, un 20% más emisiones por kilocaloría de alimento (lo que no parece muy probable). En EUA esta industria produce un 3% de las emisiones de CO2, mientras que el transporte es responsable del 26%. Si consiguieran reducir el consumo de carne tanto como un 25%, las emisiones sólo se reducirían en un 0´15% del total, porcentaje despreciable si lo ponemos en relación con el que se obtendría de una medida tan de sentido común como gravar el gasoil de aviación con tasas similares a los combustibles de los automóviles (ahora está exento de impuestos). Claro que esa medida afectaría mucho al número de viajeros y a las compañías aéreas, al hacer los pasajes mucho más caros.
Algunos de los comentarios al post del blog que te enlazo arriba son muy recomendables.
Besos,
Juanma Pulido