miércoles, 24 de marzo de 2010

MORIR POR LA ÓPERA

"Carmen", Georges Bizet

Roberto Alagna, *La fleur que tu m'avais jetée

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Carmen es una opéra-comique en cuatro actos de Georges Bizet compuesta en 1875, con un libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac (basado en la novela Carmen de Prosper Mérimée). La obra se estrenó el 3 de marzo de 1875 en el Opéra-Comique de París, cosechando un fracaso que en parte pudo acelerar la muerte de Bizet. Posteriormente se convirtió en la ópera francesa más famosa e interpretada. En España vio su estreno en el Teatre Líric de Barcelona el 2 de agosto de 1881. Caben mencionar las diferentes perspectivas que se ven al tomar a Maria Callas como una de las cantantes más reconocidas de Carmen, puesto que en realidad ella jamás encarnó el papel aunque en su repertorio incluía canciones de dicha opera. Ejemplos de ellos son que en varios conciertos como en el Covent Garden cantaba ciertas canciones, y que en los conciertos con Di Stefano ambos interpretaban el dúo final. Era tanta la indiferencia de su publico ante este hecho que fue de inspiración para la película que habla sobre este tema, Callas Forever.

Carmen se estrenó en la Opéra-Comique de París, un coliseo de nivel mediano. Según parece, sus primeros fragmentos fueron recibidos con entusiasmo, en especial por sus melodías pegadizas y por el tema folclórico-romántico ambientado en Sevilla, ciudad que resultaba exótica y atrayente para el público francés. Sin embargo, a medida que avanzaba la representación, la actitud atrevida de Carmen y el tono negro del argumento provocaron el rechazo del público. Carmen no respondía al prototipo de relato romántico y edulcorado, visualmente vistoso y fácil de digerir. El balance final del estreno se puede calificar de fracaso, y con tal sensación murió Bizet. Tras la muerte de Bizet, su amigo y compositor Ernest Guiraud reemplazó los pasajes hablados originales (característicos de la ópera-cómica) por recitativos. Esta revisión pudo contribuir al éxito de la obra facilitando su difusión, especialmente en algunos teatros extranjeros en los que no se acostumbraba a alternar diálogo y música en una obra lírica, y a la vez permitió que pudiera representarse en la Ópera de París. Sin embargo, esta adaptación ha sido cuestionada, a menudo, por los musicólogos más puristas. Hoy en día, se representan ambas versiones, aunque la original goza de una ligera preferencia. Como sea, no cabe duda alguna de que esta ópera goza de una gran popularidad que en ningún momento ha quedado desmentida. Está considerada como la ópera francesa más representada en todo el mundo. Su éxito puede deberse, en parte, a los diferentes cambios que jalonan el libreto: escenas trágicas que contrastan con otros pasajes más ligeros, a veces cómicos (personajes como Frasquita, Mercedes, Dancaire o el Remendado), equilibrados con escenas de algarabía con coros y figurantes, y otras más íntimas en las cuales las solistas pasan a primer plano, etc. Además, la música de Bizet, expresiva, elegante y colorista, su orquestación, sumamente refinada, sus melodías fáciles de memorizar (por ejemplo, no es necesario ser un amante de la música clásica o del bel canto, para acordarse del tema del preludio, la Habanera, o el tema del torero) no son ajenas al éxito alcanzado por esta ópera. Entre las más bellas páginas de esta ópera cabe citar:
El preludio, una de las piezas orquestales más famosas de la historia de la Ópera. En el primer acto: el coro de niños: "Avec la garde montante"; el coro de las cigarreras "Dans l’air, nous suivons des yeux"; la
Habanera (que sirve de entrada al personaje de Carmen) "L’amour est un oiseau rebelle"; el dúo "Parle-moi de ma mère"; la seguidilla "Près des remparts de Séville". En el segundo acto: la canción gitana "Les tringles des sistres tintaient"; las coplas del toreador "Toréador, en garde" Toreador_song.ogg ▶?/i; el quinteto "Nous avons en téte une affaire"; el aire "La fleur que tu m’avais jetée". En el tercer acto: el sexteto con coros "Écoute, compagnon, écoute"; el trío de las cartas "Mélons, coupons"; el aire "C’est des contrebandiers, le refuge ordinaire". En el cuarto acto Jazmin: el dúo con coro final "C’est toi, c’est moi". Ni en la ópera ni en el relato de Merimée hay ninguna referencia a temas religiosos o relacionados de alguna manera con el catolicismo. Por esto, resulta curiosa y bastante forzada la versión de la Scala de Milán para la temporada 2009-2010, donde llamaba la atención la presencia de grandes cruces y numerosos sacerdotes en el escenario, presencia ajena a la esencia real de la obra.

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