lunes, 15 de marzo de 2010

JUSTO DE LA HUMANIDAD

He empezado a leer "Un español frente al Holocausto", escrito por Diego Carcedo -el conocido periodista y corresponsal de televisión- en el año 2000. En él se habla del diplomático Sanz-Briz, del que hablé hace algunas semanas en el blog, y su gesta salvando a muchos judíos en Budapest durante la invasión alemana de Hungría en la II Guerra Mundial. Adjunto este peqieño artículo sobre el libro de Carcedo.


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Un español frente al Holocausto.
Así salvó Ángel Sanz Briz a 5.000 judíos


El periodista Diego Carcedo ha querido rescatar del olvido al que fuera un joven diplomático español en Hungría durante la II Guerra Mundial y que con "su coraje y valentía" salvó la vida de varios miles de judíos. Ángel Sanz Briz, testigo horrorizado del Holocausto, no se quedó como mero espectador ante la barbarie y se esforzó, alegando todos los recursos legales y diplomáticos a su alcance e incluso pagando salvoconductos de su propio bolsillo, en defender el derecho a la vida. Su gesta le ha llevado a ser reconocido 'Justo de la Humanidad' por el Parlamento de Israel en 1991 y su nombre figura en una lista de honor junto a los de otros héroes como el alemán Schindler, cuya historia llevó a la gran pantalla Steven Spielberg. Las primeras palabras que Diego Carcedo pronunció durante la presentación del libro fueron para comparar "el odio racial" que practicaron los nazis con el que la banda terrorista ETA ha demostrado una vez más con su reciente y detestable atentado. "Un sufrimiento acumulado" que aflige a la humanidad, pero que también hace relucir la calidad humana y la heroicidad de algunos sujetos. Tal fue el caso de Ángel Sanz Briz, joven diplomático de la España franquista destinado a Hungría durante la II Guerra Mundial y cuyos familiares estuvieron presentes en esta especie de homenaje que este escritor y periodista, con una larga trayectoria en RTVE, ha querido brindarle. Durante el año 1944, el que después sería embajador español en seis países diferentes arriesgó su futuro profesional y su propia vida para rescatar de la barbarie a cuantos judíos pudo. En una Budapest bombardeada constantemente, dividida por la ocupación nazi y la del Ejército Rojo, Ángel Sanz Briz utilizó todos los recursos posibles, en su calidad de representante del Estado español, para evitar que miles de personas fueran conducidas a los campos de concentración de Auschwitz y Brikenau. Incluso llegó a alegar un Real Decreto de 1924 dictado por el general Primo de Rivera, por el que todos los descendientes de los sefardíes expulsados de España por los Reyes Católicos tenían derecho a pasaporte español. Una "faceta curiosa" de su modo de actuar, como también resulta admirable que, acercándose el término de la contienda, el Gobierno le ordenara regresar a su país de origen y él permaneciera al menos tres semanas más en Hungría tratando de evitar que ningún judío más subiera a esos trenes con destino directo a la muerte. Para relatar estos hechos, Carcedo ha entrevistado a algunos de los supervivientes, los mismos que hace unos años firmaron su declaración de lo sucedido ante la comisión israelí que en 1991 le otorgó el título de 'Justo de la Humanidad'. El escritor también afirma poseer la lista completa de los ciudadanos que Sanz Briz salvó, aunque esta no ha sido incluída en el libro.

Por Arminda Rosales
Editorial: Temas de Hoy

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