lunes, 8 de febrero de 2010

MORIR POR LA ÓPERA

"Semiramide", Rossini. Cecilia Bartoli. *Bel raggio lusinghier.

"La Boheme", Puccini. Renata Scotto. *Quando m'en vo.

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Semiramide, ópera en dos actos de Gioachino Rossini. El libreto fue escrito por Gaetano Rossi basado en la tragedia Sémiramis, de Voltaire, sobre el lengendario personaje Semiramis de Babilonia. Fue estrenada en el Teatro La Fenice de Venecia, el 2 de febrero de 1823. En España se estrenó el 17 de mayo de 1826, en el Teatro de la Santa Cruz de Barcelona.
Semiramide es la última ópera seria compuesta por Rossini. Algunos críticos dicen que la línea vocal es extremadamente florida y no se utiliza como un modo de expresión sino como un despliegue espectacular de las capacidades vocales de los cantantes. Como en otras óperas del bel canto, como Lucia di Lammermoor o I Puritani, el libreto incluye una escena de locura, y aunque en esos otros casos estaba dedicada al personaje femenino principal, en este caso está encargada a Assur, un bajo.
Existen varias grabaciones de la ópera, siendo una de las más aplaudidas por la crítica la de Joan Sutherland y Marilyn Horne en los papeles principales. La trama de la ópera es en forma resumida, la siguiente: sabemos que Semiramide, junto a Assur, ha asesinado a su marido, el Rey Nino para acceder al trono. Sin embargo, su hijo se ha salvado de la muerte y ahora, bajo el nombre de Arsace y sin que su identidad sea conocida por él o su madre, es un exitoso comandante del ejército asirio. La ópera se inicia cuando Arsace regresa a Babilonia para pedir la mano de Azema y apoyar las aspiraciones de Assur de convertirse en el nuevo esposo de Semiramide. Assur no está dispuesto a aceptarlo, porque él también ama a Azema. Sin embargo, Semiramide se enamora de Arsace y declara que él será el sucesor del trono; a la vez que entrega la mano de Azema, no a Assur, sino a Idreno. El fantasma del rey Nino aparece ante la sorpresa y pavor de todos, para advertir que algunos crímenes deben ser expiados. Oroe, el sacerdote supremo, le cuenta a Arsace cuál es su origen y quiénes son los culpables de la muerte de su padre; Arsace a pesar del dolor que siente, jura vengar esa muerte. Arsace se encuentra con los asesinos en un lugar oscuro y confuso, y cuando intenta matar a Assur, mata a Semiramide. Finalmente, él es delcarado Rey.

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La Bohème, ópera con la que Giacomo Puccini se consagró definitivamente como un gran compositor lírico. Refleja sus propias vivencias durante los años de estudiante en el conservatorio de Milán, donde compartió habitación con Pietro Mascagni.
El libreto se basa en la novela por entregas, Escenas de la vida bohemia de Henry Murger, publicada en el periódico El Corsario a lo largo de cinco años (1845 - 1849). Los encargados de simplificar y aunar los diferentes episodios de la novela para así confeccionar el libreto fueron Luigi Illica y Giuseppe Giacosa.
El estreno de La Bohème tuvo lugar en el Teatro Regio de Turín el 1 de febrero de 1896. El papel de Mimí fue cantado por la soprano Cesira Ferrani, y el tenor Evan Gorga dio vida a Rodolfo. La orquesta tocó bajo la dirección de Arturo Toscanini. La obra tuvo una acogida fría, tanto por parte del público como de la crítica.
Acto I
En la buhardilla de los bohemios. Marcello pinta mientras Rodolfo mira por la ventana. Como no tienen combustible y hace frío, utilizan los manuscritos del drama que está escribiendo Rodolfo para hacer fuego. Colline, el filósofo, entra en la pieza congelado y molesto por no haber podido echarle la mano a unos libros. Schaunard, el músico, llega con comida, madera, vino y dinero; explica a sus compañeros la fuente de su súbita riquezas, atender el loro de un caballero inglés. Nadie le presta atención porque caen sobre la comida, que es retirada rápidamente por Schaunard, que les deja tan solo el vino. Mientras beben, llega Benoit, el casero, en busca del pago de la renta. Los bohemios le engatusan ofreciéndole vino, y, en medio del efecto del alcohol, les narra sus aventuras amorosas, añadiendo que está también casado, ante lo cual todos reaccionan con una indignación pacata, fingida, y le echan de la habitación sin pagarle la renta. Deciden que lo mejor es utilizar ese dinero para disfrutar del barrio. Rodolfo no les acompaña porque quiere trabajar. En ese momento alguien llama a la puerta, es Mimi que ha venido a pedir que le ayuden a encender nuevamente su vela. Sale, pero regresa en seguida porque ha olvidado su llave. En ese momento, ambas luces se apagan y en la oscuridad deben buscar la llave. Rodolfo la encuentra y la guarda para que la búsqueda continúe en la oscuridad. Cuando sus manos tropiezan, ambos aprovechan la ocasión para contar la historia de sus vidas: él interpreta 'Che gelida manina' - ('que manita más fría') y ella, 'Sì, mi chiamano Mimi' ('sí, me llaman Mimi'). Son interrumpidos por las voces de los amigos que han venido a buscar a Rodolfo, y él antes de que entren, les advierte que no está solo y que pronto se reunirá con ellos, aunque prefiere quedarse en casa, pero deciden marchar, juntos, cantando su amor (en el delicioso dúo, "O soave fanciulla" - "oh! suave niña").
Acto II
En el Quartier Latin(Barrio Latino). En las calles hay una multitud que se divierte mientras los vendedores vociferan sus productos. Los amigos llegan al Café Momus, y mientras beben y comen aparece Musetta, ex de Marcello, acompañada de un admirador un poco parco, Alcindoro. Ella intenta de varias maneras llamar la atención de Marcello, y lo logra cantando una sensual aria dedicada fingidamente a su nuevo amante ("Quando men vo' - Cuando me voy"). Fingiendo un dolor en un pie, por culpa del zapato que le aprieta demasiado, hace que Alcindoro vaya a buscarle un nuevo par, ocasión que Musetta aprovecha para reunirse con su amado Marcello. Cuando los bohemios deciden pagar la cuenta para marchar, encuentran que Schaunards no tiene suficiente dinero, y siguiendo una sugerencia de Musetta, deciden cargar la cuenta a Alcindoro. Soldados desfilan en la calle, y aprovechando la confusión, Marcello y Colline llevan a Mussetta en brazos y huyen, bajo la risa cómplice de los espectadores. Cuando se han ido todos, Alcindoro llega con el par de zapatos y es sorprendido por el mesonero que le ordena pagar la cuenta.
Acto III
La aduana de Enfer. Aduaneros llegan a la ciudad. Mimi, notablemente enferma, desea hablar con Marcello. Ella le cuenta lo difícil que se ha vuelto la vida con Rodolfo, que ha abandonado la casa la noche anterior (aria: "O buon Marcello, aiuto! - ¡Oh! ¡Marcello, ayuda!"). Marcello le cuenta que Rodolfo está durmiendo en una taberna donde él también vive. Rodolfo, que acaba de despertar y busca a Marcello, entra en escena, y Mimi rápidamente se oculta. Rodolfo cuenta por qué ha dejado a Mimi, primero aduce que Mimi es demasiado coqueta con otros hombres, pero luego confiesa que él teme que enferme y muera en las pobres condiciones en las que están viviendo, que todo será mejor para ella si vive con alguien que le puede ofrecer una forma de vida más confortable. Marcello, preocupado por Mimi intenta hacerle callar, pero ella ya lo ha escuchado todo y se descubre a sí misma cuando tose violentamente. Marcello les deja para volver con Musetta, y Rodolfo y Mimi, a punto de separarse, declaran nuevamente su amor y deciden permanecer juntos hasta que llegue la estación de las flores, la primavera. En la distancia se escucha la discusión entre Musetta y Marcello (cuarteto: "Addio dolce svegliare alla mattina!").
Acto IV
Nuevamente en la buhardilla. Marcello y Rodolfo trabajan, mientras lamentan la pérdida de sus respectivas amadas (dúo: "O Mimì, tu più non torni" -- ¡Oh Mimi! ¿regresarás?). Schaunard y Colline entran con la cena, y los cuatro parodian un delicioso banquete, cantando y bailando. Musetta entra alarmada, le acompaña una Mimi muy enferma que sufre mucho; todos ayudan a la chica moribunda. Preocupados, Musetta y Marcello salen de la habitación para vender las joyas de ella y así comprar algunas medicinas. Colline y Schaunard salen para vender el abrigo de Colline. Solos, Rodolfo y Mimi, recuerdan sus tiempos felices (dúo: "Sono andati? - ¿se han ido?"). Regresan todos y se postran a los pies de la cama, Musetta reza una plegaria, y Mimi, inadvertidamente, muere. Poco a poco sus compañeros notan lo sucedido, hasta que finalmente, Rodolfo cae en la cuenta y grita desesperado "¡Mimí...! ¡Mimí...!".

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