miércoles, 31 de enero de 2024
LOS ANDARES DE LA PERRITA
Muchas veces la política es un ascazo, no cabe duda, aunque cabría preguntarse si la frase está mal planteada y no es la política sino los políticos. llevamos no-sé-ya-ni-cuántos meses oyendo hablar caninamente de Pedro Sánchez, del inefable Puigdemont, de la dichosa amnistía y de todo lo que la rodea. La oposición, una vez se logra formar el Gobierno -no olvidemos que otros lo intentaron y no pudieron conseguirlo, aunque parezca ahora que eso nunca sucedió-, no da tregua reclamando al Presidente un ¡basta ya! con Puigdemont y su dickensiano "por favor, señor, quiero un poco más". pues bien, llega la hora de la verdad y el Gobierno se planta diciendo NO a las últimas pretensiones del sujeto, un ¡basta ya!, un ¡no más cesiones! Claro, clarito.
¿Y qué hace la derecha? ¿aplaude a Pedro Sánchez? ¿lo felicita por esa negativa? ¿respira de alegría el ver al fugado mosca? No, claro que no. No sé lo que pensará Feijóo en su casa , igual habla también catalán en la intimidad, chi lo sa.
Con el freno echado ayer los periódicos se lanzan a sus portadas que ya son, de entrada, toda una declaración de intenciones. Da igual que Pedro Sánchez haya puesto coto al jeta del pelo imposible, no, lo importante es la bofetada sin manos que le ha dado éste al Presidente.
No puedo sino remitirme a mi comentario de anoche, yo convocaba ya nuevas elecciones y que sea lo que dios o el diablo quieran. Only one life, bro, ¡qué necesidad!
PD. ¿En otras circunstancias estos harían lo mismo que los otros? Pues supongo que sí, no me he caído de un guindo. Yo, como Eloísa, a la sombra.
PARTE DE NOVEDADES
Comienzo la mañana con unos más que agradables 14° ¿o eran 12° los que marcaba la farmacia? Con los ojos puestos en mañana, jueves que tendrá sabor a viernes, a Las Palmas, a Inma, veo más cerca el final, que veo como el principio, de la obra allende los mares que será también tu casa. Ya está aquí el suelo y el baño va bien, paso a paso. Ayer casi estaba terminada la losa del lavabo, pendiente también de la colocación de la pared de cristal que separa el cuarto de baño del pequeño pasillo por el cual se accede al dormitorio.
Todo aquello que hemos pedido online ha ido llegando a cuentagotas, pero ha llegado, salvo un paquete que, estando ya en España ¡España! la aduana se resiste a entregar mientras, supongo, se frota las manos. No tiro la toalla.
Mientras la vida sigue, mis guerras matutinoprofesionales no llegan al armisticio, ni llegarán, y cada día se convierte en una travesía natatoria con puñal en la boca -hombre prevenido...-. Para compensar, lo vespertinoprofesional, en cambio, va viento en popa. Con una guerra está bien, ¿no les parece?
Esta tarde, por cierto, sabré si me embarco en un proyecto radiofónico: Camerata Florentina.
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Crosby, Stills, Nash & Young, *Our house.
martes, 30 de enero de 2024
SI YO FUERA PRESIDENTE
Tras la surrealista votación de hoy en el Congreso, donde se decidía la Ley de Amnistía, a la que los propios amnistiados votaron NO, mañana mismo disolvía las Cortes y convocaba elecciones, las cuales ganaría por mayoría absoluta -sin los votos de los independentistas- y ¡todos a la cárcel! Puigdemont el primero. Verías tú qué gracia, además de dejar sin argumentos a la Derecha.
Pero claro, soñar es gratis.
MARTIS DÍES
Hoy Bach de fondo, en particular su Concierto para Violín nº1 en la menor, ¿se puede empezar mejor el día? descubrí ayer la tarjeta virtual, el banco me llamó para que la recogiera y me explicara su funcionamiento. Parece que se ha inventado para gente que, como yo, compra por Internet, de manera que desaparece la posibilidad de fraude, o al menos éste disminuye. Así, contento y feliz, salí del banco con mi flamante nueva tarjeta. Por cierto, me dicen que VISA, como tal, desaparece y que todas las tarjetas ídem pasan a ser ahora Mastercard. Así sea pues.
Un café de sobremesa y otro descafeinado ya sentado en la mesa, trabajando, me acompañaron ayer hasta casi las 10 de la noche, cautivo y desarmado por Morfeo, cual ejército rojo, caí rendido en la cama hasta las 4:16, hora despertadora.
30 de enero, 4:55am, 18° en La Esperanza, increíble.
PD. Y no olvides la exposición del Cabrera Pinto, la ópera Rusalka en la calatravada (los días 5, 7 y 9 de marzo) y la visita a Inma. J
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Bach, *Concierto nº1 en la menor, I
Daniel Lozakovivh, violín.
lunes, 29 de enero de 2024
PRIMAVERA QUE NO LLEGA
"Pobres criaturas", junto con "La sociedad de la nieve" es la segunda película nominada a los últimos Oscars y ambas magníficas. Bueno, no es verdad del todo. "Barbie· no me gustó y estoy en medio de ver "Maestro". Esta primera, "Poor things" originalmente, es inclasificable, portentosa en sus imágenes, decorados, música, vestuario, guión y actores; todo y todos. Una película sin prejuicios y visualmente espectacular. ¿Lo mejor? Sentarse en el cine sin ninguna expectativa y prácticamente sin saber nada de lo que uno se va a encontrar. Una buena elección, sin duda alguna. ¿Veremos un Oscars para Emma Stone y Mark Ruffalo?
Este pasado sábado me animé a ir a revisarme la vista y parece que sigo igual, no estoy más cegato, una buena noticia para variar. Siempre me asombra que puedan graduarle la vista a los niños, a mi me tupieron a preguntas mientras me enseñaban las famosas líneas de letras imposibles. Ay el mundo de las ópticas, preguntas por unas gafas baratas para graduarlas y empiezan mostrándote unas PRADA de 450€. Luego las pequeñas ópticas se quejan de que la gente acuda a las franquiciadas con múltiples ofertas.
Otro domingo que pasa, otro en que debo volar de Gran Canaria a Tenerife con pocas ganas. Otro domingo que vuelven los fantasmas a mi cabeza. La pensión, los 7 años, el trabajo que es y el que no lo será, las horas extras, la mudanza que se resiste, un convenio, terminaciones en zepan, calendarios de sobremesa con demasiadas anotaciones, libros por leer, música que escuchar, gente tóxica que reaparece, esto y aquello, aquello y esto.
Libros. Termino "El eco de las sombras" (Txemi Parra) y empiezo dos más, "Un país de cuento. Veinte relatos de Nueva Zelanda" (Janet Wilson y Paloma Fresno) y "La maldición de Langsford Road, de Javier Muñoz Villén. tanto que leer y tan poco tiempo para hacerlo.
¡Ah!, olvidaba que me han invitado a participar en la radio local con un programa de música clásica, ópera, zarzuela, bandas sonoras. Me lo estoy pensando, puede ser una buena válvula de escape. A ver en qué queda todo.
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Jarabe de Palo, *Primavera que no llega.
domingo, 28 de enero de 2024
sábado, 27 de enero de 2024
viernes, 26 de enero de 2024
jueves, 25 de enero de 2024
FUTURO PERFECTO
Asteriscus sericeus es un endemismo de la isla de Fuerteventura, aunque se ha introducido como ornamental en otras islas, como Gran Canaria, Tenerife y El Hierro. Se diferencia del resto de especies en las Islas por sus hojas anchamente oblanceoladas densamente seríceas, con pelos largos y suaves, amontonadas hacia el extremo de los tallos, que tienen un color gris oscuro a negruzco. Se conoce como "jorja o tojía".
La Jorja puede vivir en una exposición de pleno sol y de sombra ligera. Soporta bien el verano mediterráneo pero no le convienen temperaturas por debajo de los 5 ºC. El suelo puede ser neutro o un poco ácido pero debe de estar muy bien drenado pudiendo prosperar en suelos arenosos y pobres. La plantación en su lugar definitivo conviene hacerla en primavera. Es una planta resistente a la sequía por lo que necesita riegos moderados siempre esperando a que la tierra esté bien seca antes de aportarmás agua. Aunque no necesitan abonados especiales les puede beneficiar un ligero aporte de compost en otoño.
UN SINDICATO, NO UN PSICÓLOGO
Una charla filosófica en la biblioteca Agustí Centelles denuncia el “malestar social” enmascarado de enfermedad mental que arrasa a las personas.
Rebeca Carranco, 20-01-2024
https://elpais.com/espana/catalunya/2024-01-20/felicidad-saturada.html?sma=filosofiainutil_2024.01.24_2&utm_medium=email&utm_source=newsletter&utm_campaign=filosofiainutil_2024.01.24_2
“¿Hay una cola?”, pregunta una mujer de mediana edad a la joven detrás del mostrador de la biblioteca Agustí Centelles en el barrio del Eixample de Barcelona. Cuando mira a su alrededor, enseguida detecta a otras personas, como ella, inquietas ante la posibilidad de quedarse sin sitio en la charla. El título promete el broche de cierre ideal para otro jueves cualquiera: Depresión, ansiedad y la incómoda sensación de que el mundo se acaba.
Al abrirse las puertas, la marabunta que ha entrado casi hombro con hombro descubre que aún quedan sillas libres. Entre los oyentes, apenas una decena de jóvenes y un montón de jubiletas. Cuando el moderador, el periodista Oriol Rosell, abre el debate, —“una de cada dos personas sintieron ansiedad en los últimos 12 meses”—, las miradas son de incredulidad. ¿Y la otra mitad? Le acompañan los filósofos catalanes Laura Llevadot y Eudald Espluga, que sitúan el campo de juego: es más “malestar social” que enfermedad mental.
Desde la nueva atalaya arranca una charla que, más que del final del mundo, habla de la fatiga de los individuos, atrapados en una “felicidad saturada” y una “hiperproductividad”, que convierte a las personas en pequeñas empresas, que no deben parar nunca y, a la vez, no pueden más. “Hasta las apps de meditación tienen una lógica hiperestimulada: descansar y no hacer nada para ser más productivos”, reflexiona Espluga.
En ese contexto, “la depresión es casi como un ritual de paso a la edad adulta”, critica el filósofo, inspirado en el pensador británico Mark Fisher, que parece emergido de entre los muertos casi como otro ponente en la charla. “Los individuos se han de gobernar. Se tratan no solo como una marca, son como una propia empresa”, desarrolla Espluga. Y cuando fracasa, no hay más responsable que él mismo. “Debe curarse por sí solo. Esa idea de que todos hemos de ir a terapia”. Y volver así a la hiperproductividad. Si alguien encendiera la luz, vería las cabezas asintiendo.
En su papel de moderador, Rosell construye la charla entre referencias bibliográficas y aportaciones —”parece que existen las mismas posibilidades de ser feliz si naces en Pedralbes que si naces en La Mina”— donde los filósofos se abren paso a machetazos y citas legendarias: “Lo que necesitas es un sindicato, no un psicólogo” o es “más fácil pensar en el final del mundo que el fin del capitalismo”. Describen una sociedad “completamente alerta las 24 horas del día”, donde la “depresión es un fallo del sistema”, en palabras Llevadot”. ”La contracara de una felicidad saturada”, añade Espluga.
Y las redes sociales exprimen la carrera por conseguir un bienestar en realidad efímero y hueco. “La maquinaria tiene la virtud de la satisfacción inmediata pero a la vez te deja vacío. Hay que renovar constantemente tu deseo. Es un placer deprimido”, dice Llevadot, de nuevo inspirada en Fisher. Hasta que las personas, de tanto pasar de los “picos maníacos a las valles depresivas”, no pueden más. “Ni responder a un correo electrónico”, ejemplifica Espluga.
“Si el malestar es social, ¿cuál es la salida?”. Para Llevadot, abandonar “la posición subjetiva”, “cuestionarse el deseo que uno tiene, preguntarse por el propio deseo, y cambiar la posición”. “Lo que no tiene sentido es estar en la máquina de producción donde estamos”, añade la profesora de filosofía y escritora, que además quiere borrar el rastro de cualquier senda hacia un lugar venidero mejor. “Basta de futuro. No hace falta la esperanza para vivir. Eso es muy cristiano”, clama, ante los tímidos aplausos de un auditorio que digiere la charla con un leitmotiv claro: “Hacer las cosas sin sentido de productividad”.
La primera persona que toma la palabra entre el público se opone a la idea que sobrevuela el auditorio de la biblioteca Agustí Centelles de que no existe solución alguna individual. “Resistencia”, defiende el hombre, micro en mano. Cosas tan sencillas como apuntarse al Sindicat de Llogateres, o tan complicadas como escapar de las redes sociales. Quedar con los amigos en lugar de hablar solo por Whatsapp. Espluga rebate que el “capitalismo de plataformas” persigue a las personas de forma colectiva: Airbnb condiciona el precio de la vivienda, se esté o no en ella. Tinder construye un mercado muy concreto del amor y el sexo, que salpica también a quienes no se han apuntado al match.
“No puedo más”, “siempre a todo y a nada”, “las cosas más divertidas duran dos minutos”, “ni ganas de practicar el onanismo”, “sin fin desde las nueve”, “¿no estáis cansados?”, “ahora acabo, imposible trabajar más”… Los mensajes siguen calientes en el teléfono después de la charla en la biblioteca. Son tan habituales que no hace falta ni responder. Puntualmente, se recibe alguno más preocupante: “¿Tú también tienes ganas de suicidarte?” La intención es reenviar en masa la propuesta de Llevadot: “Politizar el malestar. No hace falta una utopía para ponerse a luchar”. Pero ya mañana. El día ha sido muy largo y solo faltaría ahora tener que contestar.