¡FELIZ AÑO NUEVO!

Es tanto lo que ha dado de sí este dichoso año que las palabras me fluyen dentro de la cabeza y me cuesta ordenar tanto despropósito. Terminamos el año hoy con la lista de muertos y de contagiados por COVID, que no se detiene, amigos y conocidos contagiados, negacionistas y estúpidos insolidarios varios que continúan negándose a vacunarse, tertulianos licenciados en vulcanología, virología y entrenadores de fútbol, por la Universidad de la Vida; olvidado Miguel Bosé, Paz Padilla al ataque... de pena. Permitir que esta gente a la que ve media España pueda lanzar por esa boca tal cantidad de estupideces debería estar prohibido bajo pena de exilio perpetuo. Mascarillas, ahora sí, ahora no; toque de queda, ahora sí, ahora no; "cuarentena" de 15 días, 10, 7... Estamos para esperar la llegada del meteorito mirando al cielo, sentados, con los brazos abiertos.
Estar un par de días con el televisor encendido, digamos que con TELE 5 a todas horas, puede llegar a ser una experiencia religiosa, créanme. La mejor terapia para adelgazar sin llegar a la bulimia.
Ojalá este año que empieza nos depare el fin de la pandemia y de la televisión basura también, aunque para ésta la única vacuna en no encender el televisor.
¡Feliz año a todos con un poquito de optimismo! Esta vez sí, palabras de un virólogo de verdad. Da gusto escucharlo.

PINCELADAS NAVIDEÑAS

 
Tan simples y placenteras como tomar un café con una amiga en la ciudad, ver al gato al que le gusta recostarse en mi jardín o cocinar un rico tocino de cielo para la cena de Nochebuena.

jueves, 23 de diciembre de 2021

1-X-2

La 6ª ola. 
Parece el título de una peli de catástrofes o quizá de ciencia ficción, pero no, es el de nuestra pura realidad, la nueva, la actual, la que vivimos cada mañana, cada día, cada noche, aderezada por las cifras de muertos y las noticias agoreras que nos transmiten los periodistas y los políticos que van como pollos sin cabeza picando aquí y allá. Vamos ya por la sexta embestida, sí, más contagiosa según dicen pero también más leves, aunque parece que olvidamos que ya pasamos otras olas antes y ninguno de nosotros estábamos vacunados. Esta sensación de desasosiego y miedo que no se nos va es lo peor. Yo, a estas alturas, publicaría también la lista de muertos por accidentes de tráfico, por cáncer, suicidios, ataques al corazón, etc. Así la cosa estaría más compensada y cada mañana podríamos hacer cada uno la quiniela con la enfermedad que nos pueda matar ese día, haciendo la cosa más divertida. 1-X-2.
Vuelve a aparecer la Gestapo balconera, esta vez a pie de calle: ¿has estornudado? cuidado, puedes tener COVID; ¿y esa tos? hazte el test no sea que lo hayas cogido; ¿vas a cenar con la familia? yo de ti me haría un test de antígenos antes, por si las moscas. No paran, inasequibles al desaliento morboso. A la gripe se la quiere ya, lleva toda la vida con nosotros, yendo y viniendo, poniéndonos esa carita de "estar malo", de necesitar una manta, un chocolate humeante, una sopa caliente, un mimito. Al COVID se lo odia. A muerte.
Estoy harto de todo esto, no lo puedo expresar más claramente. Harto.
Menos mal que siempre queda la música.
Jennifer Thomas (Epic Piano/ Orch),
*Carol of the bells.

TODO ES ÓMICRON AHORA


Lista de contagios, artículos sobre el desbordamiento en los hospitales, sobre el estrés acumulado de los sanitarios, sobre los muertos que siguen cayendo; ésta es la nueva realidad a la que hemos llegado, con las balas silbando a nuestro alrededor, cada vez más cerca, 3ª dosis en ciernes para la mayoría, los niños comenzando la vacunación y los ecos de los insolidarios antivacunas de fondo. De los suicidios poco se habla, impera aún la ley del silencio, de lo que no se habla no existe, pero haberlos haylos. Dos años ya de tristeza y miedo. Dos. Difícil se nos está poniendo la vida entre una cosa y otra.
Otro día de comienza, frío, otro día de la marmota, mismas noticias en los periódicos, todo es ómicron, hoy al menos con el antiguo sonsonete de los niños de San Ildefonso, que no mutantes, cantando los millones que le arreglarán a alguien la vida y que acaban de dar al ambiente los aires navideños patrios.
Queda esperar que nuestros seres queridos, como nosotros, pasen esta variante de mierda sin pena ni gloria, con síntomas leves, y que pronto podamos volver a estar juntos y, si es posible, hablando de otra cosa. No cabe duda que, si en 100 años todos calvos, en menos tiempo todos con COVID.
Por cierto, continuando con mi necesaria cura, ayer me acosté a las 19:15h y me quedé frito refrito hasta esta mañana a las 04:24h.
Disfrutemos de esta preciosa y triste música para comenzar este día de Júpiter deseando lo mejor a los contagiados, ídem al resto y salud, ahora, como la sal otrora, el bien más preciado. 2022 será nuestro año, lo presiento. ¡Ánimo!
Gustav Mahler, Sinfonía nº5. *Adagietto.

ZZZZ

George Michael, *Faith.

Ante los primeros síntomas de desequilibrio, llámese tristeza por la pérdida de un ser querido, una ruptura, depresión, tristeza extrema, algo que no se explica, el psiquiatra suele preguntar nada más empezar: ¿duerme usted bien? 
Nunca terminamos de darle la importancia que se merece al sueño, incluso hubo una época que atesorábamos las noches en vela como grandes logros -grandes errores, diríamos hoy, más por viejos que por diablos-. 8 horas mínimo, nos dicen. Conciliar el sueño y descansar se hace imprescindible para poder superar el día a día en este mundo de velocidad y estrés, y se nota, se nota de verdad. Dormir de un tirón hace que nuestra piel resplandezca, que poner los pies en el suelo sea un acto de fe por aquello que nos depara el día, que nuestros ojos brillen, que podamos comernos el mundo y no al revés, que es lo que suele ocurrir (para qué vamos a engañarnos a estas alturas de la película). Un buen sueño reparador, quedarse uno frito, una buena sobada que diríamos aquí, un placer de semidioses. 
¿Qué decía la canción? ¿cuántas cosas había que tener en la vida...? 
Tres, cierto. Salud, dinero y amor. Yo le cambiaría el número y el orden: salud, amor, tiempo para dormir y dinero.
Cristina y los Stops, *Tres cosas hay en la vida...

lunes, 20 de diciembre de 2021

AMIGOS

Tuvimos ayer nuestra cena anual navideña, la de los amigos de toda la vida, esa que nunca falla a pesar de los pesares, del COVID, de los agoreros, de las noticias, de los muertos, de todo y de todos. No fuimos todos, una pena, otro año sí será así, éste no pudo ser. Si bien llegamos a ser 11, nada mal, se completó el número con las nuevas generaciones, aunque también hubo faltas importantes. Qué gusto es verlos sentados con nosotros, nuestro divino tesoro.
Buena comida, conversación y la mejor compañía; quién nos iba a decir que después de tantos años nos reiríamos de las desgracias pasadas, la mejor de todas las terapias. Un grupo como el nuestro no podría ser de otra manera, tenemos hechos felices -los más- y otros no tanto -que superamos antes y superaremos ahora- para dar y regalar. Por eso, alive and kicking, ¡que nos quiten lo bailado!
Feliz Navidad y lo mejor para este año incierto al que hemos llegado, y ha costado.
East 17, *Stay another day.

domingo, 19 de diciembre de 2021

GENTE CON LUZ

 

Miguel Ángel Muñoz: “Envejecer es tremendo, lo más difícil que te pone la vida por delante”
El actor se estrena en la dirección con ‘Cien días con la tata’, donde narra las luces y sombras de su convivencia en la pandemia con Luisa Cantero, hermana de su bisabuela, la mujer que lo cuidó de pequeño y a la que ahora cuida él en su vejez.
LUZ SÁNCHEZ-MELLADO
Madrid - 19 DIC 2021 - 05:15 CET
https://elpais.com/cultura/2021-12-19/miguel-angel-munoz-envejecer-es-tremendo-lo-mas-dificil-que-te-pone-la-vida-por-delante.html

Miguel Ángel Muñoz (Madrid, 38 años) bulle en la suite del hotel donde recibe a la prensa. Está preocupado por el botón de su ajustadísimo pantalón, que le salta cada poco, estropeándole la estupendísima planta. También se afana para que el cartel de su película, recién galardonada con un premio Forqué, en la que aparece mirándose con arrobo con Luisa Cantero, su tata de 97 años, luzca perfecto tras él en el vídeo. Acelerado y locuacísimo tras una jornada intensiva de entrevistas, tarda un buen rato en relajarse, que para algo esta es la última de la tanda. Después, frena un poco el pistón, mira por fin a los ojos y, sin bajar nunca del todo la guardia, entra, noblote, al trapo.

¿Tiene miedo a envejecer?
Miedo no, pero, si te soy muy honesto, me gustaría morirme antes. Prefiero no llegar a los 97.

¿Por qué?
Porque envejecer es durísimo, tremendo, lo más difícil que la vida te pone por delante. Y lo digo yo, que lo vivo en directo, me ocupo de mi tata desde hace muchísimos años. Con lo disfrutón, lo deportista, lo que me gusta la adrenalina y lo hiperactivo que soy, cuando tienes 80, 90 o 97, como mi tata, olvídate. Aceptar esa falta de independencia, dejar que te cuiden, y hacerlo desde la generosidad, aunque no te guste, te moleste o te dé rabia es duro. Ojalá fuera capaz de llevarlo como ella. Será lo que tenga que ser, pero no es un escenario que me guste.

Usted aprendió a bailar, cocinar o cantar desde cero, sin saber ni haberlo pensado antes. Quizá no acepta el envejecimiento porque no puede hacerse con ello.
Es cierto que no acepté el envejecimiento de mi tata durante años. He trabajado mucho en terapia para asumir que la vida tiene un proceso, que nos deterioramos, que necesitamos ayuda. Me daba pudor expresárselo a ella, pero ya no hace falta. Después de nuestra convivencia durante el confinamiento nos entendemos. Siento que ella sabe que lo siento. No he superado ese trauma, pero sigo trabajándolo.

Usted es coqueto, pero viendo a su tata, con su pañuelito perfectamente atusado, no parece menos.
Ella lo es muchísimo. Por eso en el cartel está con sus pendientes, su pulserita, su pañuelo, su moño. Yo ya la conocí con moño. Lo primero que hace al levantarse es cepillarse el pelo y hacérselo.

Muchos mayores se arreglan también por respeto a los demás.
Absolutamente. Ella no ve casi nada desde hace años. Se peina de memoria. La visión no le llega para ver si está guapa o fea, pero ni un día se queda en pijama. Tiene ese respeto al empezar el día, a vestirse como uno tiene que enfrentar la vida, las cosas y a los demás. Cuando llegó a Madrid a los 40 años desde Mérida, donde cuidó a su madre hasta que murió, lo primero que hizo fue ponerse a estudiar modales para trabajar de limpiadora. Así es ella.

Usted la ducha, la viste, la asea. ¿Les costó vencer el pudor?
En una situación límite como la del confinamiento, ese pudor tuvo que romperse el primer día porque no quedaba otra. Me quedo con ella y tengo que hacerlo todo, desde cero, porque me necesita. Ella me lo facilita haciéndome sentir bien, y yo hago un esfuerzo para que ella se sienta cómoda. Una vez que lo haces tres o cuatro veces, hasta te ríes. Eso sí, el respeto es absoluto. Nadie le va a ver el pecho a mi tata.

¿Valora hoy más la labor de los cuidadores profesionales?
Uno no valora lo que hacen los demás hasta que le toca hacerlo. A mí me ha pasado. A pesar de que me ocupo de mi tata desde hace años, no había pasado 24 horas con ella 100 días, no me había dado cuenta del trabajo que hacen las personas que me ayudan a que ella, y yo, podamos tener una vida mejor. Me quito el sombrero y le doy muchísimo más valor que antes.

Usted paga los gastos de la tata a los que su pensión no alcanza. Ya que no un potosí, ¿qué quisiera heredar de ella?
La paciencia. Mi productora se llama Paciencia Films por eso. Ojalá tener esa serenidad de aguardar y aceptar lo que suceda sin esperar nada de nadie.

La tata solo la pierde cuando usted, ordenándole la casa, le pide tirar un marco de fotos y ella se planta. ¿Se sorprendió de su reacción?
Fue casi nuestro único desencuentro, y me alegro de que el móvil estuviera grabando, porque se ve cómo somos el uno con el otro. Ella se rebeló. Educada, pero tajantemente, me dijo que la dejara en paz. Seguro que estaba pensando: ya está bien de tirar mis cosas, no soy una niña. aunque para ti no sean importantes, para mí son mi vida. Me puso en mi sitio.

Emociona verla hacer cosas por primera vez, como que le hiciera cosquillas en los pies o le pintara los labios.
Mi obsesión es hacerla feliz. Y ella lo es con esas cosas tan sencillas que nunca pudo hacer. Admiro esa capacidad suya de disfrutar de lo que puede. Ojalá conservarla toda la vida.

Ella tuvo que dejar el cole para cuidar a su madre ¿Qué cree que hubiera sido de haber podido estudiar?
Ella dice que hubiera querido ser monja, y lo hubiera sido, aunque hubiera estudiado. Una monja muy erudita. Pero yo creo que nació para ser artista, en la película ha sido una actriz formidable.

Pues en la película, además de con usted, ella se acuesta con un santo.
Jaja. Sí. Se acuesta todas las noches con San Judas Tadeo, y se despide de él y de la virgen del Carmen por si no amanece.

¿Cómo se toma que ella le diga que vive solo por usted?
Con una enorme responsabilidad. La nuestra es una relación perfecta que no quieres que acabe nunca, pero que sabes que acabará, y nosotros estamos estirando mucho ese tiempo. Ella viviendo por mí y yo intentando que la vida que le queda sea lo más feliz posible, de lo cual me siento orgulloso, pero requiere un esfuerzo muy grande y pasa factura.

De hecho, en el confinamiento, con sus cuidados, ella florece y usted se mustia, agotado. Incluso llora a cámara.
Lloro muchísimo, a cámara y fuera. Antes me cuidaba de llorar delante de ella para no conmoverla demasiado. Ahora es todo más natural. Esas lágrimas son en una sesión de terapia, que hago desde mis inicios como actor. Para mí era muy importante mostrar una sesión real en la película. Forma parte de mi vida y de quién soy. Y yo también necesitaba un espacio para mí viviendo las 24 horas con ella en un espacio de 35 metros cuadrados.

En esos días, la tata le dijo hasta cómo quiere que sea su funeral. ¿Está preparado para ese día?
No, ¿cómo voy a estar preparado para que se muera la persona más importante de mi vida. Pero después de este tiempo juntos, creo que me voy a quedar más en paz. Sigo trabajando en ello.

UNA PELÍCULA PARA LA TATA
Desde los tres a los seis años, los padres de Miguel Ángel Muñoz (Madrid, 38 años) contaron con la ayuda de Luisa Cantero para el cuidado del pequeño mientras ellos trabajaban. Luisa, hermana de la bisabuela materna del niño, ya tenía casi 60 años y trabajaba como limpiadora después de haberse dedicado hasta los 40 a cuidar de su propia madre enferma. En esos tres años, Muñoz y Cantero se "enamoraron" sin remedio y para toda la vida, según dicen ambos. Ya adulto y siendo un actor famosísimo, Muñoz mantuvo el contacto con su tata, como la ha llamado siempre, y cuando llegó el confinamiento decidió encerrarse con ella y asumir en exclusiva su cuidado físico y emocional. En aquellos días ideó, para entretenerla, La cuarentata, una serie de conexiones donde narraba su día a día en las redes sociales. Ahora, Muñoz presenta Cien días con la tata, un documental donde cuenta la emocionante historia de la relación entre ambos.

HYBRIS

By Luis Miguel Morales C.

Borrachera de poder
IRENE VALLEJO15.12.2021
https://amp.milenio.com/opinion/irene-vallejo/arrecife-con-sirena/borrachera-de-poder

Elegimos a nuestros gobernantes para que cambien la realidad, pero muchas veces son ellos quienes cambian. La transformación de los políticos, debida al éxito y los halagos de su círculo cercano, ha sido descrita como enfermedad profesional. Un neurólogo y exministro inglés ha enumerado los síntomas de esta dolencia: alejamiento de la realidad, exceso de confianza, lenguaje mesiánico, convencimiento de estar en la senda de la verdad y no tener que rendir cuentas ante la opinión pública sino ante la Historia con mayúscula. Este mal se denomina en lenguaje clínico “Síndrome de Hybris”.

Hybris es una palabra griega que significa arrogancia y exceso. El término describía una pasión violenta inspirada por la diosa de la obcecación, Ate, que arrastraba a los héroes y los poderosos a avasallar al prójimo. Esos atropellos acababan teniendo consecuencias desastrosas y eran castigadas por otra diosa, llamada Némesis, encargada de restablecer el equilibrio vengando a los agraviados. La tragedia griega representó a menudo este círculo diabólico de poder, soberbia, ceguera, error fatal y caída. Para la mentalidad clásica, la prudencia era la virtud intelectual necesaria para adaptar la propia actuación a la invariable complejidad de las circunstancias. Los antiguos dirían que los gobernantes empiezan a ser peligrosos cuando les causa terror reconocer un error.

CON LA IGLESIA HEMOS TOPADO


PEDERASTIA EN LA IGLESIA ESPAÑOLA
La lista de 251 denuncias de abusos que EL PAÍS ha entregado al Vaticano y la Iglesia española.
https://elpais.com/sociedad/2021-12-19/la-lista-de-251-denuncias-de-abusos-que-el-pais-ha-entregado-al-vaticano-y-la-iglesia-espanola.html

El informe con 251 casos de acusaciones de pederastia que EL PAÍS ha entregado al Vaticano y a la Iglesia española contiene los datos fundamentales de cada uno de ellos y una síntesis de los hechos denunciados. Después de tres años de trabajo de verificación, y tras descartar muchos otros que siguen bajo investigación, reúnen verosimilitud, indicios suficientes o información relevante para que las autoridades eclesiásticas puedan aclararlos o tomar medidas. Este periódico irá publicando de ahora en adelante las historias que hay detrás de cada caso, con los relatos de las víctimas, y como primer paso facilita a los lectores la lista con los datos mínimos de todos ellos.
En otras ocasiones, cuando este diario ha publicado relaciones de clérigos que estaban siendo investigados por la Iglesia, ha sido un paso decisivo para que otras víctimas se animasen también a salir a la luz. El correo electrónico abierto para aportar testimonios y comunicar casos de abusos que aún no se han conocido es: abusos@elpais.es.


(Extracto)