martes, 31 de agosto de 2021

AYUDEMOS AL MAR MENOR

Los ingresos generados por la reproducción de este vídeo irán dirigidos a la limpieza y recuperación del mar menor. (Produciión musical: mi sobrino Lalo).

NUNATAK, ANNI B SWEET, ARDE BOGOTÁ,
AYOHO, MIGUEL RÍOS, NINA DE JUAN, ROZALÉN,
SECOND, SHINOVA, TARQUE
*Sol y Sal.

UN 31 DE AGOSTO

Nos encaminamos al otoño, sin pausa, ya estamos a las puertas de septiembre. Quién nos hubiera dicho que aún seguiríamos hablando del COVID, ahora compartiendo palmarés informativo con Afganistán, como lo fue con Cataluña. Incombustible coronavirus que nos ha cambiado tanto nuestra vida que ya ni recordamos cómo era antes. Si el mundo cambió después del 11-S y ahora lo ha vuelto a hacer, sin aviones, sin torres gemelas pero con más muertos. Virus + cambio climático y ahora nos enteramos que el MIT predijo en 1972 que la sociedad colapsaría a mediados del siglo XXI. Qué ganas de poner los pies cada mañana en el suelo.
Vacaciones ¿dónde andas?
La La Land, BSO, *Another day of sun.

lunes, 30 de agosto de 2021

KINKY BOOTS

Nuevo musical en Madrid que se estrena a finales de septiembre: Kinky Boots.

*Raise you up.

MINIMALISMO Y +


La música lo es todo, toda. Música clásica en todas sus vertientes, óperas, ballets, conciertos, sinfonías, obras para instrumentos solistas, lieder... La música que se hace ahora me gusta también, aunque no toda, ni mucho menos; la moda del trap y el reggaeton ya nada de nada, ¡muerte al autotune!
Compositores como Chopin o Debbusy fueron los primeros minimalistas, qué cantidad de melodías se le pueden sacar a un piano. La nueva "música clásica" la encontramos en bandas sonoras o en estos maravillosos compositores como Michael Nyman, Philip Glass, Yan Tiersen, Shigeru Umebayashi, Win Mertens, Ludovico Einaudi, Meredith Monk, Mike Oldfield y tantos otros.
Me gusta muchísimo la música minimalista, me parece perfecta para tenerla como fondo mientras dibujo o leo. Esta tarde trabajo escuchando a Phillip Glass: "The Hous", la estupenda película de Stephen Daldry sobre Virginia Woolf.
Philip Glass, *Dead Things.

MÚSICA PARA UN LUNES

Kare Kare, Nueva Zelanda.

Recordé ahora sin previo aviso la mañana que visitamos la playa de Kare Kare en la isla norte de Nueva Zelanda. Maravilloso lugar para ir una y otra vez.

Michael Nyman, BSO "El Piano"
*The heart asks pleasure first.

DOLCE FAR NIENTE

Max Richter & Peter Gegson, *Vocal.

Disfruté de un fin de semana de relax absoluto como no lo tenía desde hacía mucho tiempo. El jueves teníamos el último proyecto a la espera del visado, había regresado de una visita de obra en El Médano y los planos de la rehabilitación en la que también andamos estaban enviados a los propietarios, a falta de conocer su opinión. Así, con el trabajo al día y sintiéndome liberado como nunca, me entregué al placer del doing nothing, al jardín, a la lectura, al ejercicio moderado (ésteeselcamino) y a la siesta.
Los regadores del césped, que poco a poco va recuperando su lozanía, colocados el tiempo suficiente abajo y arriba; los libros, alternando los dos con los que estoy ahora y las siestas, siempre con despertador, a cualquier hora del día, cuando el cuerpo lo demandaba. Placer de dioses.
Ya lunes, lunero sí, nada cascabelero. Dos facturas pendientes y un informe complejo que me va a tener absorto un par de días, eso seguro. La vacaciones se resisten y la vida continúa inexorable mientras la radio nos vuelve a recordar lo terrible que está el mundo: cientos de inmigrantes llegaban este fin de semana a las costas de las Islas Canarias, de Lampedusa y del sur de Andalucía; vivos y muertos.

Dejemos a un lado las desgracias y retomemos el placer de la lectura. El primer libro que estoy leyendo me ha devuelto a la adolescencia, unos años donde leí toda la ciencia ficción que pasó por mis manos. Se trata de una novela que acaba de publicarse, "Más allá del carbono", de Javier Fernández Alonso, muy entretenida, de un autor que empieza y, además, amigo admirado -es tan difícil escribir...-. Compagino la lectura del libro de Javier con la última novela de Julia Navarro, la cual nos devuelve a Oriente medio. No veo el momento de volver a sentarme a leer.

domingo, 29 de agosto de 2021

POSTURAS Y POSTURAS

Cobardía nacional, postureo europeo
https://blogs.publico.es/dominiopublico/39504/cobardia-nacional-postureo-europeo-2/

Dicen por ahí que Pedro Sánchez afirma su solidaridad magnánima y firma las escayolas de señoras mayores a la fresca mientras uno de sus ministros ordena que se devuelvan ilegalmente a decenas de personas a Marruecos. Podría alguien insistir también en que hay una aparente contradicción entre los dos hechos, y a lo mejor tendría razón, pero lo importante pocas veces son los hechos: lo fundamental es la retórica y la estética. España quiere ser el alma de Europa, tan cercanita a su corazón —rojo y a la izquierda—, sea lo que sea esa Europa. Incluya o no a los Países Bajos que abandonan a intérpretes afganos en su embajada con los pasaportes dentro sin responsabilizares de sus viajes. Incluya o no las declaraciones de Emmanuel Macron, ya completamente inmerso en la retórica de Marine Le Pen, capaz de tener un ministro —de Interior: será que es un puesto condenado, como el de Defensa contra las Artes Oscuras en Harry Potter— que le dice a la Le Pen hija que es «demasiado blanda con la inmigración», capaz de hablar en sus primeras declaraciones tras la crisis afgana de «la necesidad de protegernos frente a grandes flujos migratorios irregulares». Incluya o no a Hungría, a Austria —que se niega a participar en el reparto de refugiados—, a quien sea. Lo importante es que Europa existe en sus palabras: a ver si el verbo se hace carne. Limaremos lo demás; nadie se acuerda casi nunca de nada de lo que sucede en agosto.

Pablo Casado, mientras tanto, se prosterna en ese servilismo a lo yanqui que tanto ha gustado siempre al aznarismo, y amenaza con enfadarse y no respirar si alguien vuelve a repetirle que Biden ha hecho referencia a la «buena labor española». No es suficiente con que la preocupación de Sánchez sea estética y retórica: desde el flanco derecho insisten otros en que tendría que haber aún menos hechos, menos obras —que sean amores—, porque lo más importante siempre es aparentar. No se habrán escrito suficientes líneas sobre la importancia diplomática de tener un presidente guapo, apuesto, capaz de engatusar con sus mechones canosos recién aparecidos. Lo que predomina es aparentar o decir algo, suceda lo que suceda después, sin importar lo que se haga cuando no miran las cámaras. Ojo: la actuación española estará muy bien, como puede estarlo la ejemplar campaña de vacunación. No se puede decir lo mismo de las entregas de menores a Rabat. O de las declaraciones de Margarita Robles sobre gritar «España» o llevar algo rojo. ¡España, España, España!

Tengo todas las ganas del mundo de que este Gobierno funcione, dure y quizás incluso repita, si bien no en su integridad; sé, no obstante, que si fracasa los motivos nos serán excesivamente familiares. Se parecerán a la cobardía de una parte del Ejecutivo a la hora de lidiar con los precios sangrantes de la luz —¿Llegará algún día la eléctrica pública? Esperemos que sí. Si llega, ¿se hará con la suficiente ambición como para no nacer ya completamente irrelevante? —, a su timidez a la hora de hacer lo más mínimo en lo que a los alquileres respecta, a su capacidad para llamarse ecologistas mientras pactan ampliaciones aeroportuarias sin ningún tipo de criterio medioambiental en la cabeza, a sus ganas de hacer el hub internacional de las Españas en todas sus variantes posibles. Hay quien sufre mucho cuando a Sánchez le critican por llevar alpargatas —ya se ve: polemiquita estúpida de verano— y muy poco cuando le recuerdan todo lo que los socios minoritarios del Gobierno firmaron antes de permitir la investidura. El viento sopla a su favor, porque amanece una recuperación económica y salida de la crisis provocada por la pandemia. Pero es peligroso contar con el olvido como estrategia. Será que el electorado de izquierdas no se acuerda casi nunca de lo que sucede en agosto… salvo si en septiembre tiene que pagar la factura más cara de la historia.

(A)DIOS

Nuestro dios todopoderoso, El Turismo
https://blogs.publico.es/dominiopublico/39523/nuestro-dios-todopoderoso-el-turismo/?utm_source=whatsapp&utm_medium=social&utm_campaign=web

Me cae arriba de la cabeza un churrete de imágenes, pesado y caliente, como la mierda blanca de una paloma: un paquete de pastillas vacío y arrugado en la orilla del agua, una bolsa plástica del Mercadona 100% reciclable, una mascarilla, un guante con un dedo arrancado, un guante, el brillo del cristal del mostrador de los helados detrás del que trabaja mi madre, tres niños acercándose con un cubo pintado de machangos de colores, un cubo lleno de pescados flotando, tres niños contándole a mi madre que fueron a los charquitos a coger cabosos y barrigudas y los escacharon contra los riscos, así, diciendo, así, y apretando los tenis contra el piso para que mi madre vea cómo los reventaron, para que mi madre entienda cómo les sacaron las tripas y los dejaron rajados al centro sobre la roca, en sacrificio por un dios absurdo.

Mi madre sirviéndoles unos helados en vasitos biodegradables (¿hasta qué punto se pueden biodegradar tantas toneladas de cosas al mismo tiempo?) pero con cucharas de plástico verde. Mi madre con una tristeza como un espina espichada en las costillas. El sol descendiendo detrás de las plataneras. Los cuatro sabores que quedan derritiéndose en el fondo de los cazos de metal, uno a uno, poco a poco: fresa, parchita, Bounty. Una chalana allá a lo lejos. Una pardela chillando como un bebé recién nacido.

Más cosas: un emisario mal disimulado con cemento y piedra. El esqueleto metálico, inmenso, innombrable, del hotel que están construyendo en la Tejita, justo en el punto en el que acaba la Reserva Natural especial de Montaña Roja. El contraste entre la playa de Fañabé y la del Duque, una de arena negra y la otra de arena blanca, seguidas, separadas por una línea, nada sutil, en la que se combinan el negro y el blanco como en un bote de Nocilla, cada una más artificial que la otra, cada una más entristecedora que la otra. La magnitud terrible del Puerto de Granadilla, vacío, inoperante, vista desde la carretera dorada del Sur. La certeza de que van a construir ahora el macropuerto comercial de Fonsalía, ahí, en esa porción exacta que dejaron sin proteger, en 2011, dentro de la Zona Espacial de Conservación de la franja marina Teno-Rasca.

Una ballena con el cuerpo a medias arrastrándose por el océano como un bicho carretero partido. Cientos de motos de agua, kayaks, lanchas, veleros. Una tortuga clavada en la hélice de un barco. La certeza de que van a destruir uno de los mayores santuarios de ballenas del mundo, de que esto no va a parar, de que es un camino en ascenso, siempre en ascenso: cuando haya un pedacito de callao y mar, van a derramar arena negra; cuando haya arena negra, van a ponerla blanca; cuando metan la arena blanca, van a aprovechar el viaje para distribuir palmeras y sombrillas y tumbonas y solariums y paseos y chilauts.

Y, cada año, van a invertir millones y millones de euros en arreglar los pequeños desperfectos que el mar genera en sus fascinantes calas falsificadas, brillantes calas rellenas de arena arrancada del Sáhara, cada poco minadas de piedras (piedras jediondas del diablo), que las mareas nos devuelven como flamantes regalos de Navidad. Van a ensanchar los diques, van a poner más prismas, a construir más muros y barreras contra el mar, a edificar y a levantar hasta convertir la costa en un estanque quieto, fatigado, enfermo, que imite la inmovilidad de las piscinas de urbanización, el olor limpio y aséptico de las piscinas de urbanización.

Y, sin ninguna duda, cuando ya no quede nada por alterar, van a intervenir lo último que nos queda: los charcos, esas preciosas rendijas del litoral que todavía no habían tocado. Lo van a hacer bajo el discurso de poner en valor el mundo de las piscinas naturales y, ya por fin, como esos niños felices de sacarles las tripas a los cabosos y a las barrigudas, vamos a realizar del todo nuestro propio sacrificio absurdo: escachar por completo nuestro litoral, para descubrir, cuando ya no quede sino naturaleza muerta y domesticada, el misterio de nuestro dios todopoderoso, El Turismo.

sábado, 28 de agosto de 2021

viernes, 27 de agosto de 2021

AFGANISTÁN


Las imágenes que nos llegan desde Afganistán son terroríficas, da muchísima pena ver a la multitud agolpada a las puertas del aeropuerto, en Kabul, desesperada por poder escapar del país. Ahora, si aquello fuera poco, hay que hablar de atentados suicidas y más muertes, todo bien filmado y radiado para que el mundo, desde sus cómodos y seguros salones con televisores planos de pantallas gigantescas, asista en primera fila al espectáculo de la maldad humana. Afganos, rusos, americanos, chinos, qataríes... España ha concluido su labor allí evacuando a 1.9000 personas, dando por concluida la operación. Y yo orgulloso, un ejemplo de país, a pesar de las vergonzosas críticas de Pablo Casado, que no del PP, a la labor de Pedro Sánchez. Un 10 a los militares españoles en Afganistán y al César lo que es del César.
Pongamos música a tanta tristeza con una pieza igualmente triste pero maravillosa para darle una pizca de optimismo a lo que está ocurriendo, si es que esto es posible. Una de las piezas de piano más sublimes jamás escrita: el Claro de Luna de Debussy. Feliz fin de semana.
Claude Debussy, *Clair de Lune, L.32

163


No hay más ciego que que no quiere ver. Sabio refranero.
Escucho esta mañana la radio y en el boletín de noticias hablaban sobre la 5ª ola del COVID, que remite lentamente, sobre la vacunación en España, que llega al 76%, la incidencia en las UVI, un 19% (que parece ser aún alta) y, lo más triste, 163 muertes ayer. Qué decirles sobre los negacionistas y los que se niegan a vacunarse salvo que me parecen unos absolutos insolidarios. 163 muertes y contando, ¿de verdad necesitan más pruebas para abrir los ojos ante esta terrible pandemia?
Ayer 163 razones para vacunarse. A saber cuántas hoy...
Prokofiev, *Marcha El amor por tres naranjas.

miércoles, 25 de agosto de 2021

MÉDITATION

 
Tchaikovsky, *18 Pieces, Op. 72: V. Méditation.

SOMETHING IS WRONG

Siempre me ha intrigado cómo una expresión en inglés, tan simple y de tan fácil traducción, pueda encerrar tanto en tan poco. Qué mal acostumbrados estamos a vivir apegados a preocupaciones tan variopintas que difícilmente podemos estar sosegados, relajados, sin que algo nos ronde la cabeza, ya sea real o ficticio, hasta tal punto de llegar a pensar que algo pasa porque no pasa nada. El ser humano es pura contradicción (me pregunto si "ser humano" va en contra del lenguaje inclusivo; a saber).
Suspiro porque lleguen mis vacaciones, como todos, pero también por cosas más sencillas como dormir un poco más, trabajar un poco menos, vivir. Claro que la frivolidad de mis problemas llega a ser insospechada viendo lo que sigue pasando en este mundo cretino nuestro. Afganistán y su caos, Ceuta y sus inmigrantes, Murcia y su Mar Menor que en paz descansa, el COVID que ahí sigue, etc. 
Está siendo un agosto extraño, pasando del calor extremo a las lluvias torrenciales, y tiro porque me toca; ya es un hecho irrefutable que el clima está cambiando y que tenemos que ponerle freno a lo que en pocos años acabará siendo irreversible. Nuestros hijos nonatos, los mismos que nos han prestado el planeta, lo demandan. Y los nacidos también, por supuesto.
Maurice Ravel, *La Valse.

DESDE RADAZUL



Cumbres de Tenerife vistas desde Radazul. By Germán Ortega. 

UNA DELGADA LÍNEA

> ¡No me gusta tu nuevo peinado!
> ¡Pues mira que el tuyo!
> ¡Ladrón!
> ¡Y tú más!

Bendita condición humana: envidia, celos, intransigencia, pesimismo... pero también belleza, solidaridad, bonhomía, optimismo. El haz y el envés, la cara y cruz. Hasta los mejores amigos pueden acabar enfadados  dadas las circunstancias; ver el mismo vaso medio lleno o medio vacío puede traer consecuencias inesperadas y debemos estar ojo avizor porque el precio a pagar es siempre muy alto. Ni los talibanes allende los mares,  los recalcitrantes fronteras adentro, el maldito COVID o esa manía de la muerte por jugar en el casino de la vida nos debe hacer perder las esperanzas. La familia y los amigos, que no es lo mismo pero es igual; los niños y los ancianos, la naturaleza, los libros y hasta los fuegos artificiales, ¿no crees que valen la pena?
Katy Perry, *Firework. 

SOÑAR ES GRATIS





New Zealand shipyard Vaudrey Miller Tenders continues to amaze the public for its futuristic projects yachts A. At this time the company worked with the famous designer Philippe Starck and the Bureau of Ocke Mannerfelt, which is well known for his projects of racing boats. The result was presented in the boat rather unusual style: bright orange cockpit in the form of the soap dish in contrast to the metal hull.
The ship's length - 10 m. The boat is quite a powerful engine of 315 hp Yanmar The hull is made of composite materials with the addition of carbon fibers. Teak deck and stairs provide additional comfort and convenience aboard. The interior space has two sofas, plus a double bed and a toilet. The boat has a shower with fresh water.
Windshield in the cockpit at the helm and skipper saves passengers from the wind by fast driving. The boat is designed for very quick and pleasant ride at anchor.

COSAS TERRIBLES


No dejamos de escuchar los hechos terribles en Afganistán , en Kabul, en el aeropuerto, para vergüenza de propios y extraños. Como guinda, me cuentan que hoy apareció puerto uno de los patitos del pequeño estanque de la Plaza del Adelantado, en La Esperanza, el pueblo donde trabajo. Un pobre pato muy querido al que habían matado a pedradas. Pero, ¿por qué somos tan salvaje? ¿no será hora de plantearnos huir a otro planeta?

Arde Bogotá, *Exoplaneta.

PD. Mi madre pone cara de horror cuando me oye decir estas cosas, pero yo a los que hacen daño a los demás, seres indefensos, sean cuales sean, les deseo un cáncer terminal doloroso. Sí, sé que está mal, no es bueno para el karma, pero es lo que hay.

LA GUERRA SANTA DE PÉREZ-REVERTE

Es la guerra santa, idiotas
Patente de corso. 01/09/2014
Columna que Arturo Pérez-Reverte publica en XL Semanal.
https://www.perezreverte.com/articulo/patentes-corso/938/es-la-guerra-santa-idiotas/

Pinchos morunos y cerveza. A la sombra de la antigua muralla de Melilla, mi interlocutor -treinta años de cómplice amistad- se recuesta en la silla y sonríe, amargo. «No se dan cuenta, esos idiotas -dice-. Es una guerra, y estamos metidos en ella. Es la tercera guerra mundial, y no se dan cuenta». Mi amigo sabe de qué habla, pues desde hace mucho es soldado en esa guerra. Soldado anónimo, sin uniforme. De los que a menudo tuvieron que dormir con una pistola debajo de la almohada. «Es una guerra -insiste metiendo el bigote en la espuma de la cerveza-. Y la estamos perdiendo por nuestra estupidez. Sonriendo al enemigo». Mientras escucho, pienso en el enemigo. Y no necesito forzar la imaginación, pues durante parte de mi vida habité ese territorio. Costumbres, métodos, manera de ejercer la violencia. Todo me es familiar. Todo se repite, como se repite la Historia desde los tiempos de los turcos, Constantinopla y las Cruzadas. Incluso desde las Termópilas. Como se repitió en aquel Irán, donde los incautos de allí y los imbéciles de aquí aplaudían la caída del Sha y la llegada del libertador Jomeini y sus ayatollás. Como se repitió en el babeo indiscriminado ante las diversas primaveras árabes, que al final -sorpresa para los idiotas profesionales- resultaron ser preludios de muy negros inviernos. Inviernos que son de esperar, por otra parte, cuando las palabras libertad y democracia, conceptos occidentales que nuestra ignorancia nos hace creer exportables en frío, por las buenas, fiadas a la bondad del corazón humano, acaban siendo administradas por curas, imanes, sacerdotes o como queramos llamarlos, fanáticos con turbante o sin él, que tarde o temprano hacen verdad de nuevo, entre sus también fanáticos feligreses, lo que escribió el barón Holbach en el siglo XVIII: «Cuando los hombres creen no temer más que a su dios, no se detienen en general ante nada».

Porque es la Yihad, idiotas. Es la guerra santa. Lo sabe mi amigo en Melilla, lo sé yo en mi pequeña parcela de experiencia personal, lo sabe el que haya estado allí. Lo sabe quien haya leído Historia, o sea capaz de encarar los periódicos y la tele con lucidez. Lo sabe quien busque en Internet los miles de vídeos y fotografías de ejecuciones, de cabezas cortadas, de críos mostrando sonrientes a los degollados por sus padres, de mujeres y niños violados por infieles al Islam, de adúlteras lapidadas -cómo callan en eso las ultrafeministas, tan sensibles para otras chorradas-, de criminales cortando cuellos en vivo mientras gritan «Alá Ajbar» y docenas de espectadores lo graban con sus putos teléfonos móviles. Lo sabe quien lea las pancartas que un niño musulmán -no en Iraq, sino en Australia- exhibe con el texto: «Degollad a quien insulte al Profeta». Lo sabe quien vea la pancarta exhibida por un joven estudiante musulmán -no en Damasco, sino en Londres- donde advierte: «Usaremos vuestra democracia para destruir vuestra democracia».

A Occidente, a Europa, le costó siglos de sufrimiento alcanzar la libertad de la que hoy goza. Poder ser adúltera sin que te lapiden, o blasfemar sin que te quemen o que te cuelguen de una grúa. Ponerte falda corta sin que te llamen puta. Gozamos las ventajas de esa lucha, ganada tras muchos combates contra nuestros propios fanatismos, en la que demasiada gente buena perdió la vida: combates que Occidente libró cuando era joven y aún tenía fe. Pero ahora los jóvenes son otros: el niño de la pancarta, el cortador de cabezas, el fanático dispuesto a llevarse por delante a treinta infieles e ir al Paraíso. En términos históricos, ellos son los nuevos bárbaros. Europa, donde nació la libertad, es vieja, demagoga y cobarde; mientras que el Islam radical es joven, valiente, y tiene hambre, desesperación, y los cojones, ellos y ellas, muy puestos en su sitio. Dar mala imagen en Youtube les importa un rábano: al contrario, es otra arma en su guerra. Trabajan con su dios en una mano y el terror en la otra, para su propia clientela. Para un Islam que podría ser pacífico y liberal, que a menudo lo desea, pero que nunca puede lograrlo del todo, atrapado en sus propias contradicciones socioteológicas. Creer que eso se soluciona negociando o mirando a otra parte, es mucho más que una inmensa gilipollez. Es un suicidio. Vean Internet, insisto, y díganme qué diablos vamos a negociar. Y con quién. Es una guerra, y no hay otra que afrontarla. Asumirla sin complejos. Porque el frente de combate no está sólo allí, al otro lado del televisor, sino también aquí. En el corazón mismo de Roma. Porque -creo que lo escribí hace tiempo, aunque igual no fui yo- es contradictorio, peligroso, y hasta imposible, disfrutar de las ventajas de ser romano y al mismo tiempo aplaudir a los bárbaros.

MACHADO Y EL 22-F


Moría Antonio Machado, exiliado en Colliure, un 22 de febrero de 1936; 42 años después, casi casi, un 23 también de febrero, Tejero, Milán del Bosch y sus secuaces daban un golpe de estado en España que a punto estuvo de devolvernos a la edad media.
Escuchaba esta mañana un reportaje radiado sobre el 23-F narrado por alguno de los políticos que se encontraban en el Congreso aquel día. Miedo da escuchar cómo estuvimos en un tris del caos, de que la historia se repitiera, de demostrar el teorema de Machado en forma de versos.

Ya hay un español que quiere
vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere
y otra España que bosteza.
Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Es tan frágil lo que hemos conseguido...
Serrat, *Españolito.

AFGANISTÁN, SNIF

 


No tengo ganas de abrir la boca.
¿Qué debo cantar?
Yo, odiada por la vida,
no hay diferencia entre cantar y no cantar. 
¿Por qué debo hablar de la dulzura
cuando siento tanta amargura?

Oh, el festín del opresor
me tocó la boca.
No tengo ni un compañero en esta vida.
¿Para quién puedo ser dulce?
No hay diferencia entre hablar, reír, morir, ser.

Yo, con mi soledad agotada,
con dolor y tristeza,
nací para nada.
La boca se debe precintar.

Oh, mi corazón, ya sabes que es primavera
y no hay momento para celebrar.
¿Qué debo hacer con un ala atrapada, 
que no me deja volar?
He estado callada demasiado tiempo, 
pero nunca olvido la melodía,
porque cada momento cuchicheo
las canciones de mi corazón
que me recuerdan el día 
que voy a romper la jaula,
para volar de esta soledad
y cantar con melancolía.

No soy un débil álamo
que cualquier viento pueda a sacudir. 
Pero soy una mujer afgana, 
así que sólo tiene sentido gemir.

Nadia Anjuman (Herat, 1980-2005).

(Fue una poeta y periodista afgana. Destacada impulsora por los derechos de las mujeres, creando círculos de lectura en contra del régimen de su país. Publicó en 2005, mientras vivía, el libro Gol-e dudi. Fue asesinada por su esposo y por la familia de éste.)

RASEROS

Es tan terrible lo que está ocurriendo en Afganistán que debemos plantearnos si la bondad humana es un mito. Después de años de relativa tranquilidad, donde las mujeres habían recuperado su vida, nos enfrentamos nuevamente a la religión recalcitrante, al dogmatismo trasnochado, a la incoherencia e injusticia más rancia, al horror inimaginable de lo que puede ser vivir en una ciudad como Kabul si no eres hombre y te das golpes de pecho a todas horas. 

Es hora de quitarnos la máscara y de plantearnos seriamente en qué lado estamos, no es posible ver y mirar para otro lado. Cuando la Primavera Árabe, Occidente aplaudía las revueltas y el advenimiento de la democracia a tantos países; con los EEUU pasaba algo similar, aunque no estaba tan bien visto que se mantuvieran en Afganistán o en países como Irak. Ahora los americanos se han ido de Afganistán y los talibanes han recuperado su antiguo feudo, con la cara lavada y las formas dulcificadas ante la mirada expectante del mundo. Pero, ¿en qué quedamos? ¿suspiramos por la no intervención de los Estados Unidos o por lo contrario? Tardando están las mentes pensantes en echarle la culpa de todo a Israel, a Zapatero o al propio Pedro Sánchez, ya que estamos.

Qué bonito mundo estamos preparando para nuestros hijos.

miércoles, 18 de agosto de 2021

TALIBÁN O TALIBANES

Que no es lo mismo pero es igual.
Terrible noticia la de la vuelta de esta gente a Afganistán, sobre todo para las mujeres afganas que verán cómo los logros conseguidos estos últimos años se olvidarán en un tris. La dichosa religión vuelve a hacer de las suyas y el fundamentalismo ha vuelto para quedarse, me temo, una vez se ha retirado EEUU del país. Esperemos que esta vez, cuando los ojos del mundo miran a Afganistán, la cosa no se vuelva a desmadrar. Cruzo los dedos.

SANTA CATALINA

Iglesia de Santa Catalina, Tacoronte. Tenerife. 18.08.2021 

Uno podría pensar que durante estos días de calor, para nosotros calor extremo, conducir una moto es una gozada, con el aire en la cara y todo eso, pero... ¡craso error! Es un suplicio ir vestido con la correspondiente chaqueta reforzada y sentir en la cara el aire caliente de un invisible secador de pelo. Pues sí, allí estaba yo en Tacoronte, ayer, visitando una obra, disfrazado y acalorado, en una tarde preciosa con el cielo despejado y, calculo, 34° de nada. Hoy esto sigue igual; nosotros suspirando por la vuelta del alisio.