jueves, 31 de octubre de 2019

FINADOS EN LA ESPERANZA

 Plaza del Adelantado, Villa de La Eperanza. Tenerife

Ya he dicho en muchas ocasiones, porque creo firmemente en ello, que pocas cosas son tan placenteras como las reuniones informales donde tenemos la oportunidad de encontrarnos con amigos y compañeros sin las presiones propias del trabajo, en un ambiente distendido y agradable. Estos momentos sacan lo mejor de nosotros.

LECCIONES DE DEMOCRACIA, SÍ

¿Cómo se atreven? Aparte del vandalismo, que no es otra cosa que eso mismo, de imponer su voluntad a los que no piensan como ellos -esto se llama fascismo-, de borrar a los no independentistas como si no existieran, de inventarse una historia y negar la Historia, ahora encima justifican y defienden la violencia. De pena. Y luego nos dan lecciones de democracia. ¡El nacionalismo es la guerra!

THREESOME

U2, *Dancing barefoot.
Bryan Ferry, *Is your love strong enough?

ESA SENSACIÓN

Cuando las cosas van saliendo, pasito a pasito, uno tiene esa placentera sensación que da el trabajo bien hecho. Parece mentira como algo tan sencillo te puede poner de buen humor: unas palabras de apoyo, un informe resuelto, un futuro prometedor... Da gusto ver cómo las cosas siguen su curso, a pesar de todo. 

domingo, 27 de octubre de 2019

LA LOTERÍA Y EL PANADERO

No me entero, estoy en la luna. Con mi proverbial falta de memoria me voy anoche a la cama, como las gallinas, olvidando completamente el cambio nocturno de hora. Así, esta mañana me levanto de la cama a las 8, que eran las 7, o lo que es lo mismo a las 7 que eran las 8. Con tanto lío me fui a una cafetería a tomar un café y a leer para hacer tiempo hasta que abrieran el supermercado cercano pues debía comprar veneno para ratones (esta mañana vi uno tan feliz en mi salón, uno que no debía medie más de 5 ó 6 cm, pobre). Ya en el coche, entre el aturdimiento del despertar y el dichoso cambio de hora,  me encuentro que; ¿las emisoras de radio de la Iglesia y los canales de TV no son suficientes para su proselitismo religioso? Después de unos segundos de misa y de canto gregoriano en Radio Clásica, sentado en la cafetería terminé el libro de Maigret con el que estaba y continué con el último de la saga Millenium. Simenon me entretuvo, pero con él e pasa lo mismo que con Agatha Christie, han envejecido mal. Su literatura me resulta cursi y redundante, pasada de moda. 
Hoy, con la resaca de la exhumación de Franco, los catalanes majaderos que siguen erre que erre (compadezco a los no independentistas, agazapados todos en sus casas), los mítines preelectorales y las dichosas y recurrentes encuentas que tienen menos fiabilidad que un horóscopo, me dispongo a aprovechar la mañana dibujando un poco a ver si adelanto parte del trabajo acumulado. 
Me supera la vida, entre el trabajo de por la mañana, el poco tiempo para el vespertino y la falta de sueño, me pregunto si este ritmo lo podré aguantar mucho más. Un conocido me decía el otro día que me encontraba ansioso, nervioso y jadeante ¿me debo preocupar?
Hace un par de días, durante la pausa para el café de mediodía, terminamos hablando de la lotería y comentando si seguiríamos trabajando después de ganar una cuantiosa suma de dinero. Me sorprendió tal disparidad de respuestas, casi para todos los gustos. Cuando me tocó a mi decir qué haría no dudé ni un segundo en contestar, dejaría de trabajar en 0,0. Recuerdo haber comentado como, cada año el día de la lotería navideña del Gordo, siempre salía algún copioso ganador que decía "pues yo mañana vuelvo a abrir la panadería". Siempre me ha parecido increíble esta respuesta.
En fin, esto es lo que hay, planos de instalaciones por delante, Verdi en Soptify y una temperatura extrañamente alta para estar a las puertas de noviembre y después de una tormenta muy ruidosa ayer.

UNA BUENA IDEA


Cuatro matrimonios amigos se construyen un edificio a medida para retirarse juntos
La casa de Poblenou en la que compartirán su jubilación es una de las visitas más solicitadas en el Open House de este fin de semana en Barcelona.

"Cuando seamos mayores, viviremos todos juntos en un edificio. Cada uno tendrá un piso y en la azotea haremos una piscina". Suena al plan perfecto que cualquiera podría trazar con 15 años (o con 35, o incluso con 55). Y alguna gente lo consigue. En el Open House, el festival de arquitectura que da acceso a edificios de todo tipo y que se celebra este fin de semana en Barcelona, Badalona y L’Hospitalet [en Madrid tuvo lugar el último fin de semana de septiembre], una de las visitas más solicitadas es a la Casa d’Amics, que es como se ha bautizado un edificio de nueva planta en el barrio de Poblenou.

Lo firman los arquitectos Lola Domènech y Thomas Lussi y parte de una idea del propio Lussi, un suizo casado con una aragonesa que tiene fuertes vínculos con Barcelona. La pareja convenció a otros tres matrimonios amigos, todos residentes en Lucerna y entre los 55 y los 65 años, para levantar un bloque de apartamentos que les sirva como casa comunitaria en la que ir pasando cada vez más tiempo y finalmente retirarse.

El edificio tiene cinco pisos, uno por planta –el quinto está ocupado por un inquilino que se ha convertido en el "quinto amigo"–, un local comercial que utiliza Lussi para algunos proyectos de su despacho de arquitectura, un patio equipado con un banco y una mesa comunal pensadas para hacer encuentros de grupo, un sótano con trasteros, lavadoras y secadoras y, en la azotea, una pequeña piscina y una cocina al aire libre.

Lussi conocía el barrio porque vivió allí a principios de los noventa, cuando trabajó en proyectos como la Vila Olímpica o el pabellón de baloncesto en Badalona. "Con mi mujer, siempre teníamos la idea de tener un piso en Barcelona como segunda residencia. Mantenemos mucha relación con la ciudad, muchos amigos. Después de ver algunos pisos en venta, se nos ocurrió que sería más interesante planificar una casa entera para poder decidir personalmente cómo vivir. Lo comentamos con amigos de Lucerna y la idea creció. Los cuatro tenemos hijos e hijas –nosotros dos, de 23 y 20 años, las dos estudian Arquitectura y quieren hacer Erasmus en Barcelona– así que pensamos que la casa es un proyecto que durará varias generaciones".

Lussi contactó con la arquitecta barcelonesa Lola Domènech y ambos decidieron idear un edificio hiperlocal, con elementos que conecten con la arquitectura del barrio. "Hemos hecho una relectura de materiales de toda la vida, como el ladrillo manual, rústico, y la celosía cerámica, que permite crear espacios ventilados, como la escalera, y provoca efectos de luz y sombra muy interesantes", explica Domènech. Aunque en este caso se hace dentro de la casa, la idea de tener un patio con una gran mesa y bancos conecta con la tradición de sacar la silla a la calle, que todavía se da en el Poblenou.

Cada piso tiene unos 80 metros cuadrados y cuenta con un espacio de cocina abierta/salón/comedor, una terraza, dos dormitorios y dos baños. La fachada está hecha de persianas abatibles de madera de iroko que homenajean a las clásicas persianas verdes del Eixample barcelonés. En las casas, las persianas dan lugar a unas terrazas que no son demasiado calurosas en verano ni demasiado frías en invierno y que extienden hacia el exterior el espacio habitable.

Domènech se ha encargado también del interiorismo del tercer piso, que ocupa el diseñador Markus Schmidt. Este tenía ya una colección de piezas de Jean Prouvé y Eileen Gray pero quería que su piso de Barcelona tuviera elementos de diseño catalán. Domènech colocó varias lámparas de Milà –la cesta y una TCM–, piezas de Óscar Tusquets, las sillas Rambla de Martín Azúa en la terraza y una silla Barcelona de Mies van der Rohe en uno de los dormitorios.

El arquitecto alemán y Lily Reich crearon la famosa pieza para el Pabellón Alemán en la Exposición Universal de Barcelona, en 1929. "¿Qué mejor manera de conocer una cultura que a través del arte, la arquitectura y el diseño?", comenta Schmidt. "Sobre si existe una estética Barcelona, [ciertos rasgos] que todos esos diseñadores tienen en común solo puedo decir que sí. No conozco otro lugar donde el diseño, el arte y la arquitectura estén tan juntos".

El diseñador y su esposa tienen dos hijos de 34 y 31 años que han pasado ya el verano en la Casa d’Amics con sus familias. Él espera pasar varios meses al año en el edificio, disfrutando del barrio, que, dice, "tiene el mar al lado, en medio de una gran ciudad. Buenos restaurantes, bares, tiendas, mercados, galerías, salas de concierto... todo cerca".

Su plan de integrarse en la vida del barrio (que vive un avanzado proceso de gentrificación) contrasta con la idea tradicional que suele existir en Europa central de retirarse a una casa en la costa. "Nuestros vecinos en Suiza hablan mucho de esta comunidad compartida que hemos ideado para nuestra vejez. Le vemos muchas ventajas para el futuro", comenta.

Desde que empezaron a buscar el solar hasta que se ha terminado el proyecto han pasado unos cinco años, durante los que las cuatro familias (entre los que hay un veterinario, un ingeniero o una ginecóloga) han ido tomando las decisiones de manera consensuada. "Diría que nuestra relación se ha intensificado durante estos años. El proceso nos ha unido bastante", cree Lussi.

Entre todos acordaron, por ejemplo, invertir en revestimientos aislantes y en un suelo que refresca en verano y calienta en invierno para hacer casi innecesarios la calefacción y el aire acondicionado. Estos detalles han encarecido el precio final de las casas, que Domènech cifra en 1.500 euros por metro cuadrado, a los que hay que añadir el precio del solar. Sin embargo, el precio medio del metro cuadrado en Poblenou es de 3.700 euros, según Housfy.

¿Es rentable económicamente embarcarse en un proyecto así? "Puede que haber comprado un piso en el barrio hubiese sido más económico. Pero la calidad de los espacios no sería la misma. Al final construir en comunidad sale a cuenta. Se puede controlar la calidad, el presupuesto y las propias necesidades", opina Lussi. "Yo lo volvería a hacer".

EDAD PROHIBIDA

Encontré en el garaje de casa la tercera edición del libro de Torcuato Luca de Tene "Edad Prohibida", que debí haber comprado con poco más de 13 años, allá por el año 1976, muerto ya Franco. Han pasado muchos años y la verdad es que no recuerdo haberlo leído, así que, desde que temine hoy con "Maigret y los ancianos", uno de los libros viejos de mi biblioteca que escogí para el vieja a Dublín último simplemente porque es entretenido de leer y ocupaba poco en mi equipaje de mano. 
Me apetece leer algo de este escritor que pasó por numerosas vicisitudes en la España de Franco, monárquico y afecto a D. Juan de Borbón y, aparentemente muy crítico con la figura de Franco de aquella época.

LA ESPERANZA

Ahora que empieza a hacer frío, llueve y hace viento, es un buen momento para recordar la nevada que tuvimos en la esperanza en marzo de 2011. 

POBRE DONIZETTI

Empezó el jueves la nueva temporada de ópera de Tenerife, en el auditorio (La Calatravada), como siempre y con el nuevo horario de hora de comienzo: las 19:30. Así, después de una reunión de trabajo en la cafetería de El Corte Inglés, que queda a tiro de piedra, me encaminé al auditorio para asistir al estreno con L'?elisir d'Amore de Donizetti. La Orquesta Sinfónica  de Tenerife, siempre estupenda, comienza con la famosa obertura de la ópera esperando a que los cantantes comiencen a cantar. Nos encontramos con un plató de cine, según parece, repleto de vegetación que aumenta  y aumenta, un camerino lateral y unos figurantes y que gesticulan y se mueven por el escenario hasta que el coro empieza. Y ya desde ahí se van encadenando la escenografía, pobre Donizetti.
Los cantantes muy bien, sobre todo Adina y Nemorino (María Rita Combattelli y Klodjan Kaçani), pero qué puedo decir de la escenografía, muy cara, muy bien montada, eso por descontado... ¡un horror! Un pastiche, una virgen con todas las joyas encima, ni siquiera kitsch, no, un pastiche, repito. Daría la impresión que el director, con la disculpa del plató de Hollywood, metió todo aquello que encontró de atrezzo: bandera americana, policía montada del Canadá,  árboles y vegetación variada, un avión que sube y baja, ropa de los años 20, actual, de campesino, de obrero, de faraón y hasta de romano. Figurantes gesticuladores, coro sobreactuado (aunque cantaron a la altura), menos mal que al menos no subieron a niños al escenario. 
¿Es necesario tanta modernidad continuamente? ¿es necesario cargarse el ambiente costumbrista y hasta bucólico de la ópera, con unos personajes simplones e ingenuo y trasladarlo con calzador a la época actual donde el personaje de Dulcamara está totalmente fuera de contexto? El que piensa pierde.
Pero en fin, a pesar del horror escénico la ópera me gustó, disfruté de la preciosa música y de los cantantes.
*Venti scudi?

FRANCO, FRANCO, FRANCO

Por fin se terminó el asunto del dictador (en minúscula adrede), muerto el perro (por segunda vez, se acabó la rabia, y de camino más de cuarenta años, los segundos cuarenta, con el sujeto en su mausoleo). Siempre he pensado que el Gobierno, al que aplaudo por su decisión, no lo ha hecho bien; ¿no hubiera sido más sencillo hacerlo sin tanta parafernalia? Hemos estado hablando de Franco varios meses de forma innecesaria, dando voz a esa desagradable y trasnochada familia de herederos que parecen no saber que viven en un país democrático, de que si lo sacan hoy sí/no, mañana también/ tampoco... En fin, que al menos bien está lo que bien acaba.
Pues sí, el muerto al hoyo y el vivo al bollo, que la vida sigue y esto nos afecta poco, salvo al alma, justicia divina (terrenal). Todo sea por la cantidad de chistes que ha dado el traslado del susodicho al que dios no guarde muchos años sino todo lo contrario. Ahora a ver si terminan esta movida y desaparecen del mapa el horror arquitectónico del Valle de los Caídos. Sería la guinda.
Sabiendo que me la jugaba, que tengo amigos de un lado y del otro, escribí en nuestro chat sobre mi felicidad, la de mi antepasado que era el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, elegido democráticamente, y al que desaparecieron y asesinaron el día en el que se declaró la guerra civil española, de todos los que la represión los calló, los mató, los encarceló, y tantos y tantos más.  Que me vengan otra vez con eso de ¡qué necesidad! Pues sí.
Hoy es un día histórico. Se acabaron los honores al dictador; aquél que tras un golpe de estado desencadenó una guerra civil que dejó más de 500.000 muertos, que trajo la represión de posguerra y durante los 40 años posteriores, el mismo que promulgó la ley de vagos y maleantes, que criminalizó a los homosexuales y a la izquierda, que dio a la Iglesia poderes ilimitados, que impidió el progreso del país, que relegó a la mujer a un plano invisible, que expolió las arcas como vulgar sátrapa, el mismo que nos aisló del mundo, etc., etc., etc. Repito, hoy es un día histórico.
  

lunes, 21 de octubre de 2019

SABORES DE DUBLÍN, UNA PEQUEÑA CRÓNICA


¿La disculpa para viajar esta vez? Fácil, concierto de John Mayer en el 3Arena de Dublín. Un auditorio repleto, una buena organización y un extraño público que no paró de levantarse durante todo el concierto, literalmente, para beber cerveza. El concierto muy bueno. Y esa fue sólo nuestra primera noche allí, nos esperaban varios conciertos en locales pequeños de Temple Bar y zonas cercanas: Cry Monster Cry fue el segundo, dos grupos más de música irlandesa y, para terminar, Join Me In The Pines. Cualquiera que conozca Dublín sabe que su sabor es a música, cerveza y literatura allá donde vayas. Ah, se me olvidaba, y a puertas de colores, a cisnes, gaviotas, patos y hasta a zorros. Dublín es Joyce, es Wilde, es Shaw, es Yeats; es Gerard, es Katleen, es Pablo, es German...
Esta nueva visita a Dublín ha sido más sosegada; ya conocíamos bastante bien la ciudad, de manera que paseamos tranquilamente durante el día, de parque en parque, disfrutando de la arquitectura, las calles, la National Gallery, el National Museum o un brunch en el Phoenix Park antes de coger el vuelo de regreso.

MÚSICA




MUSEOS

ARTE URBANO
CIUDAD
John Mayer, World Tour 2019
Cry Monster Cry, *Tides.
Join Me In The Pines, *She steps into the light.

PIRATAS

Bellini, "Il Pirata". *Ascolta. Nel furor del tempesta

Rossini, "Elisabette, Regina d'Inghiterra. *Vendicar