UN DÍA LIBRE DA PARA MUCHO

Aprovechando un par de días de vacaciones he leído, dormido, resuelto papeleos varios, me he encontrado con un problema informático aún no resuelto y, finalmente, he visto dos películas, dos buenas películas. Una en casa: AZUL Y NO TAN ROSA, la otra en el cine: CIEN AÑOS DE PERDÓN. Ambas muy recomendables.

lunes, 28 de marzo de 2016

DOMINGO

Después de un largo paseo en moto, por el norte y centro de la isla, terminados en el cine para rematar el domingo. La elegida fue CALLE COVERFIELD 10. Dif´ícil de clasificar o de encuadrar dentro de un género determinado, la película entretiene, y mucho, pero desasosiega y crea un ambiente de agobio que no se diluye en ningún momento. Muy al contrario, a medida que avanza uno ya no sabe si creer lo que ve o dudar si todo es falso. Tiempo al tiempo, pero no me extrañaría que esta cinta se convirtiese en peli de culto. Y si no tiempo al tiempo.

3 ARIAS

Antonio Vivaldo, *Vieno, vieni o mio diletto.
(Montserrat Caballé)
G. Verdi, La Traviata. *Parigi, o cara.
(Anna Netrebko y Rolando Villazón)
Vincenzo Bellini, La Sonámbula. *Ah! non giunge.
(Anna Netrebko)

DE PASEO POR LA ESPERANZA

Una preciosa glicina (wisteria) en una vieja casa del pueblo.

HOY TOCA JARDÍN

Hace un día precioso, fresco pero con sol y pocas nuvbes, un buen día para escuchar ópera -"Montescos y Capuleto" de Bellini- y pasar un buen rato, bajo mi sombrero panamá, en el jardín. En invierno ya se sabe, crecen los tréboles, alguna ortiga y el césped se resiente bajo el manto de hojas secas que mi árbol mexicano deja caer sobre mi pequeño jardín. Aún así no me resigno y, poco a poco, va recuperando fuerzas. Recogidas las hojas más grandes resta recoger los regalitos de mis perras y prepararlo todo para pasar la cortadora de césped y, quizá, después un poco de nitrógeno.



viernes, 25 de marzo de 2016

PAX ROMANA

Los godos del emperador Valente
Arturo Pérez-Reverte

En el año 376 después de Cristo, en la frontera del Danubio se presentó una masa enorme de hombres, mujeres y niños. Eran refugiados godos que buscaban asilo, presionados por el avance de las hordas de Atila. Por diversas razones -entre otras, que Roma ya no era lo que había sido- se les permitió penetrar en territorio del imperio, pese a que, a diferencia de oleadas de pueblos inmigrantes anteriores, éstos no habían sido exterminados, esclavizados o sometidos, como se acostumbraba entonces. En los meses siguientes, aquellos refugiados comprobaron que el imperio romano no era el paraíso, que sus gobernantes eran débiles y corruptos, que no había riqueza y comida para todos, y que la injusticia y la codicia se cebaban en ellos. Así que dos años después de cruzar el Danubio, en Adrianópolis, esos mismos godos mataron al emperador Valente y destrozaron su ejército. Y noventa y ocho años después, sus nietos destronaron a Rómulo Augústulo, último emperador, y liquidaron lo que quedaba del imperio romano.
Y es que todo ha ocurrido ya. Otra cosa es que lo hayamos olvidado. Que gobernantes irresponsables nos borren los recursos para comprender. Desde que hay memoria, unos pueblos invadieron a otros por hambre, por ambición, por presión de quienes los invadían o maltrataban a ellos. Y todos, hasta hace poco, se defendieron y sostuvieron igual: acuchillando invasores, tomando a sus mujeres, esclavizando a sus hijos. Así se mantuvieron hasta que la Historia acabó con ellos, dando paso a otros imperios que a su vez, llegado el ocaso, sufrieron la misma suerte. El problema que hoy afronta lo que llamamos Europa, u Occidente (el imperio heredero de una civilización compleja, que hunde sus raíces en la Biblia y el Talmud y emparenta con el Corán, que florece en la Iglesia medieval y el Renacimiento, que establece los derechos y libertades del hombre con la Ilustración y la Revolución Francesa), es que todo eso -Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare, Newton, Voltaire- tiene fecha de caducidad y se encuentra en liquidación por derribo. Incapaz de sostenerse. De defenderse. Ya sólo tiene dinero. Y el dinero mantiene a salvo un rato, nada más.
Pagamos nuestros pecados. La desaparición de los regímenes comunistas y la guerra que un imbécil presidente norteamericano desencadenó en el Medio Oriente para instalar una democracia a la occidental en lugares donde las palabras Islam y Rais -religión mezclada con liderazgos tribales- hacen difícil la democracia, pusieron a hervir la caldera. Cayeron los centuriones -bárbaros también, como al fin de todos los imperios- que vigilaban nuestro limes. Todos esos centuriones eran unos hijos de puta, pero eran nuestros hijos de puta. Sin ellos, sobre las fronteras caen ahora oleadas de desesperados, vanguardia de los modernos bárbaros -en el sentido histórico de la palabra- que cabalgan detrás. Eso nos sitúa en una coyuntura nueva para nosotros pero vieja para el mundo. Una coyuntura inevitablemente histórica, pues estamos donde estaban los imperios incapaces de controlar las oleadas migratorias, pacíficas primero y agresivas luego. Imperios, civilizaciones, mundos que por su debilidad fueron vencidos, se transformaron o desaparecieron. Y los pocos centuriones que hoy quedan en el Rhin o el Danubio están sentenciados. Los condenan nuestro egoísmo, nuestro buenismo hipócrita, nuestra incultura histórica, nuestra cobarde incompetencia. Tarde o temprano, también por simple ley natural, por elemental supervivencia, esos últimos centuriones acabarán poniéndose de parte de los bárbaros.
A ver si nos enteramos de una vez: estas batallas, esta guerra, no se van a ganar. Ya no se puede. Nuestra propia dinámica social, religiosa, política, lo impide. Y quienes empujan por detrás a los godos lo saben. Quienes antes frenaban a unos y otros en campos de batalla, degollando a poblaciones enteras, ya no pueden hacerlo. Nuestra civilización, afortunadamente, no tolera esas atrocidades. La mala noticia es que nos pasamos de frenada. La sociedad europea exige hoy a sus ejércitos que sean oenegés, no fuerzas militares. Toda actuación vigorosa -y sólo el vigor compite con ciertas dinámicas de la Historia- queda descartada en origen, y ni siquiera Hitler encontraría hoy un Occidente tan resuelto a enfrentarse a él por las armas como lo estuvo en 1939. Cualquier actuación contra los que empujan a los godos es criticada por fuerzas pacifistas que, con tanta legitimidad ideológica como falta de realismo histórico, se oponen a eso. La demagogia sustituye a la realidad y sus consecuencias. Detalle significativo: las operaciones de vigilancia en el Mediterráneo no son para frenar la emigración, sino para ayudar a los emigrantes a alcanzar con seguridad las costas europeas. Todo, en fin, es una enorme, inevitable contradicción. El ciudadano es mejor ahora que hace siglos, y no tolera cierta clase de injusticias o crueldades. La herramienta histórica de pasar a cuchillo, por tanto, queda felizmente descartada. Ya no puede haber matanza de godos. Por fortuna para la humanidad. Por desgracia para el imperio.
Todo eso lleva al núcleo de la cuestión: Europa o como queramos llamar a este cálido ámbito de derechos y libertades, de bienestar económico y social, está roído por dentro y amenazado por fuera. Ni sabe, ni puede, ni quiere, y quizá ni debe defenderse. Vivimos la absurda paradoja de compadecer a los bárbaros, incluso de aplaudirlos, y al mismo tiempo pretender que siga intacta nuestra cómoda forma de vida. Pero las cosas no son tan simples. Los godos seguirán llegando en oleadas, anegando fronteras, caminos y ciudades. Están en su derecho, y tienen justo lo que Europa no tiene: juventud, vigor, decisión y hambre. Cuando esto ocurre hay pocas alternativas, también históricas: si son pocos, los recién llegados se integran en la cultura local y la enriquecen; si son muchos, la transforman o la destruyen. No en un día, por supuesto. Los imperios tardan siglos en desmoronarse.
Eso nos mete en el cogollo del asunto: la instalación de los godos, cuando son demasiados, en el interior del imperio. Los conflictos derivados de su presencia. Los derechos que adquieren o deben adquirir, y que es justo y lógico disfruten. Pero ni en el imperio romano ni en la actual Europa hubo o hay para todos; ni trabajo, ni comida, ni hospitales, ni espacios confortables. Además, incluso para las buenas conciencias, no es igual compadecerse de un refugiado en la frontera, de una madre con su hijo cruzando una alambrada o ahogándose en el mar, que verlos instalados en una chabola junto a la propia casa, el jardín, el campo de golf, trampeando a veces para sobrevivir en una sociedad donde las hadas madrinas tienen rota la varita mágica y arrugado el cucurucho. Donde no todos, y cada vez menos, podemos conseguir lo que ambicionamos. Y claro. Hay barriadas, ciudades que se van convirtiendo en polvorines con mecha retardada. De vez en cuando arderán, porque también eso es históricamente inevitable. Y más en una Europa donde las élites intelectuales desaparecen, sofocadas por la mediocridad, y políticos analfabetos y populistas de todo signo, según sopla, copan el poder. El recurso final será una policía más dura y represora, alentada por quienes tienen cosas que perder. Eso alumbrará nuevos conflictos: desfavorecidos clamando por lo que anhelan, ciudadanos furiosos, represalias y ajustes de cuentas. De aquí a poco tiempo, los grupos xenófobos violentos se habrán multiplicado en toda Europa. Y también los de muchos desesperados que elijan la violencia para salir del hambre, la opresión y la injusticia. También parte de la población romana -no todos eran bárbaros- ayudó a los godos en el saqueo, por congraciarse con ellos o por propia iniciativa. Ninguna pax romana beneficia a todos por igual. Y es que no hay forma de parar la Historia. «Tiene que haber una solución», claman editorialistas de periódicos, tertulianos y ciudadanos incapaces de comprender, porque ya nadie lo explica en los colegios, que la Historia no se soluciona, sino que se vive; y, como mucho, se lee y estudia para prevenir fenómenos que nunca son nuevos, pues a menudo, en la historia de la Humanidad, lo nuevo es lo olvidado. Y lo que olvidamos es que no siempre hay solución; que a veces las cosas ocurren de forma irremediable, por pura ley natural: nuevos tiempos, nuevos bárbaros. Mucho quedará de lo viejo, mezclado con lo nuevo; pero la Europa que iluminó el mundo está sentenciada a muerte. Quizá con el tiempo y el mestizaje otros imperios sean mejores que éste; pero ni ustedes ni yo estaremos aquí para comprobarlo. Nosotros nos bajamos en la próxima. En ese trayecto sólo hay dos actitudes razonables. Una es el consuelo analgésico de buscar explicación en la ciencia y la cultura; para, si no impedirlo, que es imposible, al menos comprender por qué todo se va al carajo. Como ese romano al que me gusta imaginar sereno en la ventana de su biblioteca mientras los bárbaros saquean Roma. Pues comprender siempre ayuda a asumir. A soportar. 
La otra actitud razonable, creo, es adiestrar a los jóvenes pensando en los hijos y nietos de esos jóvenes. Para que afronten con lucidez, valor, humanidad y sentido común el mundo que viene. Para que se adapten a lo inevitable, conservando lo que puedan de cuanto de bueno deje tras de sí el mundo que se extingue. Dándoles herramientas para vivir en un territorio que durante cierto tiempo será caótico, violento y peligroso. Para que peleen por aquello en lo que crean, o para que se resignen a lo inevitable; pero no por estupidez o mansedumbre, sino por lucidez. Por serenidad intelectual. Que sean lo que quieran o puedan: hagámoslos griegos que piensen, troyanos que luchen, romanos conscientes -llegado el caso- de la digna altivez del suicidio. Hagámoslos supervivientes mestizos, dispuestos a encarar sin complejos el mundo nuevo y mejorarlo; pero no los embauquemos con demagogias baratas y cuentos de Walt Disney. Ya es hora de que en los colegios, en los hogares, en la vida, hablemos a nuestros hijos mirándolos a los ojos.

EL MORANCO CAZADOR ¿O NO?

Parece que hay voces que defienden que la foto de César Cadaval con su pieza, rifle en ristre, no quiere decir que él haya cazado al pobre animal. No sé yo si darle el beneficio de la duda a este sujeto porque, analizando la foto, ¿quién posa, repito, rifle en mano con un animal muerto delante? Si parece un pato, nada como un pato, y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato.
El tuit viral de Frank Cuesta contra César Cadaval, de Los Morancos
El Huffington Post  |  Por Redacción ElHuffPost

El humorista de 'Los morancos' César Cadaval se fotografió con un leopardo cazado en un safari en el norte de Sudáfrica. La instantánea fue publicada en Twitter, donde se desataron las críticas hace unos días.
Las fotografías han sido retiradas de la página de Internet de Mebenca Safaris. Entre las críticas destaca la del aventurero Frank Cuesta, que publicó un mensaje en Twitter que acumula cerca de 9.000 retuits: "Aquí, otro personaje que seguramente salga en la tele diciendo que adopta perros...y yo me pregunto...¿De qué se ríe?"
Sin embargo, el propietario de Mebenca Safaris, Pedro Benítez, ha "certificado" a Europa Press que Cadaval no cazó ningún animal, ni leopardo ni otro y que la fotografía fue tomada hace cuatro años, cuando el humorista fue invitado por él a hacer turismo en África.
"Es mi amigo y estaba allí invitado a mi casa", ha asegurado Benítez que ha subrayado que "don César Cadavall no ha abatido ni un solo animal", pero ha añadido que si lo hubiera hecho "habría estado en su derecho".
Así, ha precisado que otros cazadores, un matrimonio portugués que abatió al leopardo de la polémica le reconocieron y le pidieron que se hiciera fotografías con ellos y con el animal, a lo que accedió "amablemente".
El error fue, según ha añadido, que la fotografía estaba en los archivos de la empresa desde que se tomó hace cuatro años y se publicó en un folleto divulgado en una feria turística del pasado fin de semana en la Feria de Madrid. "Tenían que haber puesto la fotografía, pero la del matrimonio portugués que lo había cazado", ha comentado.
"MENTIRAS" DE "ENERGÚMENOS"
Por ello, ha defendido que su amigo no cazó ni tiene nada que ver con esta polémica de la que culpa a las "mentiras" de los "energúmenos", "anticaza, antitaurinos y antitodo" que critican desde "la poltrona".
De este modo, ha expresado su enfado por esta situación y les ha invitado a viajar a su rancho en África a conocer la realidad de la caza, de la población y las condiciones de vida de la población local antes de "crucificar (a Cadavall) como crucificaron a Jesucristo, sin razones ni motivos, igual que a los que imputan y luego salen absueltos".
Benítez ha reclamado más información y respeto antes de "despotricar y crucificar a un famoso" que no ha hecho nada malo. De hecho, ha recordado que la caza "no está prohibida en ningún país del mundo" igual que el esquí o el golf.
En este contexto, ha precisado que los gobiernos conceden un número de permisos para cazar un número de leopardos, de leones o de elefantes y, frente a España donde se dan compensaciones al ganado que muere por ataques de lobo, en África "no pagan a nadie, ni cuando un leopardo mata a un niño", mientras la preocupación en España es "el famoso que sale en una foto".

jueves, 24 de marzo de 2016

UNA NUEVA BUENA NOTICIA

Armani anuncia que no usará más pieles
La firma se suma a Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Calvin Klein y Stella McCartney.
EL PAÍS. Madrid 22 MAR 2016 - 19:26 CET
http://elpais.com/elpais/2016/03/22/estilo/1458669372_227938.html

La firma Armani se ha comprometido a no usar pieles de animales en sus colecciones a partir de la próxima temporada de otoño/invierno 2016. Esta decisión de abandonar definitivamente el uso de pieles en sus confecciones, incluyendo las de conejo, para la próxima colección otoño/invierno 2016, ha sido adoptada tras mantener diversas reuniones de trabajo con la coalición internacional Fur Free Alliance, que aglutina a más de 40 organizaciones de todo el mundo que trabajan conjuntamente para acabar con el comercio de pieles de animales.
"Me siento encantado de poder anunciar que el Grupo Armani ha firmado el compromiso de acabar con el uso de pieles en sus colecciones. El progreso tecnológico de los últimos años nos permite tener a nuestra disposición alternativas válidas que hacen innecesario y cruel utilizar animales", ha asegurado por su parte Giorgio Armani en un comunicado. "Siguiendo con el positivo proceso emprendido hace años, mi empresa da ahora un importante paso más hacia adelante para reflejar nuestra atención sobre los aspectos esenciales de la protección y el cuidado del medio ambiente y de los animales", añade.
Al adoptar la política de no usar pieles de animales, la firma italiana se suma al compromiso de otras grandes marcas que también lo han hecho como Hugo Boss, Tommy Hilfiger, Calvin Klein o Stella McCartney, y reconoce la preocupación ética ante esta cuestión por parte de toda una nueva generación de consumidores de la moda.
"Este anuncio de Armani prueba que es posible que los diseñadores y los consumidores tengan libertad creativa y lujo sin apoyar la crueldad animal. Armani es y ha sido durante décadas un referente en el mundo de la moda y este anuncio, además, es una prueba de que la compasión y la innovación son el futuro de la moda", han asegurado desde Fur Free Allian.
Según denuncia el Observatorio Justicia y Defensa Animal, organización española integrada en Fur Free Allian, la práctica totalidad de las pieles utilizadas por la industria de la moda provienen de las granjas peleteras, donde los animales son mantenidos en pequeñas jaulas y matados con métodos que persiguen no dañar la piel de los animales.
Además de todo ello, las granjas peleteras tienen un altísimo impacto ambiental y también para la salud, al utilizar tóxicos productos químicos durante todo el proceso de tratamiento de las pieles.

DÉJÀ VU

Volvemos a trabajar, un pequeño edificio en la capital y una reforma de otro al lado. Qué bueno, un proyecto que nos devuelve a los tres a nuestras raíces: Alicia, Félix y yo compartiendo dos tés y un café, hablando de cómo repartirnos el trabajo, las dudas que han ido saliendo, materiales, del futuro... Al terminar la reunión me acosté un rato, estaba rendido. Llevaba ayer en pie desde las 4 de la mañana -Augusta está durmiendo poco últimamente y escucharla deambular sobre el suelo de madera no me deja dormir, por lo que termino bajando, abriendo la puerta del jardín y sentándome en el sillón de la biblioteca a leer un rato-, y a las 7 de la tarde ya me había quedado sin fuerzas. Dormí una horita, no más, para sentarme después a ver un capítulo de la 4ª temporada de Breaking Bad que se hace más oscura y siniestra a medida que avanza la serie hacia su desenlace. A las 9:30 ya estaba en la cama de nuevo.

SONIC DELUSION

Sonic Delusion at TSB Bank Festival of Lights
Our performance at the TSB Bank Festival of Lights from the 30th December 2014. Song: The Richmond Centre. New Zealand.

STOP TERRORISM

Terrible noticia la de hoy, atentados en Bruselas,  más muertos. Otra innecesaria y cruel vuelta de tuerca en esta época de terrorismo que nos ha tocado vivir. Digamos ¡NO AL TERRORISMO!, al que sea, donde sea.

MORANCOS, BYE BYE!

Hoy ha saltado la noticia del mayor de Los Morancos en una cacería, posando tan feliz con el cadaver de un leopardo. No hay palabras para este asesino, se acabaron Los Morancos para mi.

YO HAGO MI PARTE, LO QUE PUEDO HACER

La cursilería descamisada
Para recuperar la pasión política, ¿es necesario que Pablo Iglesias recurra al melodrama?
http://elpais.com/elpais/2016/03/17/opinion/1458214317_893814.html

Juan Carlos Monedero gusta de contar una fábula moralizante del activista brasileño Betinho. Hay un gran incendio en el bosque y todos los animales huyen: el león fiero, el gran elefante, el rinoceronte. Pero de repente, en su estampida, ven venir al colibrí con su pico lleno de agua y le preguntan, atónitos, si piensa apagar ese fuego terrible con la gota de líquido que le cabe ahí. El colibrí, entonces, les responde con emocionada humildad: “Yo hago mi parte, lo que puedo hacer”.
Entre los preceptos teóricos sobre los que se fundó Podemos hay uno medular: la recuperación para la política de las pasiones. Chantal Mouffe, esposa de Ernesto Laclau y muñidora de algunas de las ideas que Íñigo Errejón aportó al grupo en sus orígenes, habla del “papel crucial de los afectos en la construcción de las identidades políticas”. La izquierda, según ella, ha tenido pánico a las pasiones y se ha encerrado siempre en la defensa de lo racional. Pero lo racional no basta para sumar intereses y motivaciones distintas, para unir en la misma lucha —por ejemplo— a la clase obrera, a los inmigrantes y a los intelectuales. Esa amalgama popular solo puede lograrse mediante las emociones. Monedero se lo confesaba a Ramón Lobo: “La única manera de luchar contra la oferta neoliberal de hacer un supermercado enorme […]era ofertar algo emocionante que tuviera que ver con la posibilidad de un cambio luminoso, y eso solo lo podíamos hacer recuperando las pasiones”. Y añadía sin sonrojo: “Una de las cosas hermosas que ha logrado Podemos es que la gente ha vuelto a llorar en los mítines”.
No cabe duda de que estos principios teóricos están en la raíz de la expansividad sentimental que había en la carta que envió Pablo Iglesias a la militancia de Podemos. El texto contenía joyas estilísticas que tal vez solo el autor del célebre discurso de la niña de Rajoy podría igualar en la política española. “La gente nos empujó y la belleza de David resistiendo a Goliat se abrió paso”, decía. “A nosotros nos brillan los ojos cuando hablamos de ciertas cosas. Nuestros adversarios no soportan esa belleza. No soportan que nos emocionemos”, “no soportan que nuestras sonrisas, nuestros besos y nuestros abrazos sean de verdad”. En la despedida alcanzaba el cénit: “No quiero acabar esta carta con un saludo, sino diciéndoos que os quiero”. Y la firmaba el “secretario general de Podemos pero, ante todo, vuestro compañero”.
¿Para recuperar la pasión hay que alcanzar el melodrama? ¿Para conectar con los ciudadanos (o con la gente) a través de las emociones hay que salpicarse de cursilería? Es posible que desde una determinada perspectiva descamisada, el concepto mismo de cursilería se desprecie por elitista y aristocrático. Pero el propio Pablo Iglesias, en su intervención durante el segundo debate de investidura de Pedro Sánchez, en la que habló también de besos y de amor, tuvo la inteligencia suficiente para emplear la ironía como fórmula de enfriamiento. Toda diabetes necesita insulina y todo afecto necesita pudor. La fábula de Monedero es irremediablemente cursi, pero la elección deliberada del colibrí (podría haber sido simplemente un pájaro sin que cambiara su sentido) parece una provocación literaria, una búsqueda desbocada de la sensiblería más ñoña. Tal vez creyendo —y eso es lo pavoroso— que ese registro es el que de verdad entiende y conmueve al pueblo.
El propósito de devolver los afectos al discurso político resulta, a pesar de su peligro (de Chávez a Le Pen), sugerente y estimable. Desde otra mirada bastante distinta a la de Chantal Mouffe y Podemos, lo reivindica también la filósofa Martha Nussbaum, cuyo último libro lleva un título suficientemente explicativo: Emociones políticas. ¿Por qué el amor es importante para la justicia? En él elogia la actitud pasional de personajes como Gandhi o Luther King y afirma que las emociones pueden ser útiles políticamente “para impulsar una conducta cooperativa y desinteresada” en los ciudadanos o para limitar “los impulsos de la codicia en favor de los seres amados”. En suma, para recobrar la fraternidad de la Revolución Francesa, tan olvidada hoy.
Pero la fraternidad no puede ser cursi y Podemos debería aprender esa viejísima lección sobre el indisoluble matrimonio de la ética y la estética. De lo contrario, tendrá que cambiar su logotipo y sustituir, al estilo de Agatha Ruiz de la Prada, los círculos por corazones. Y entonces el amor de telenovela habrá reemplazado al amor social y republicanista.

UNA PERLA

Bizet, "Los pescadores de perlas".
*Je crois entendre encore (Alfredo Kraus).

ENTRE PECHO Y ESPALDA

Una serie, diez capítulos que ver entre ayer y hoy. Anoche los 4 primeros, hoy espero terminar de verla. "Bajo Sospecha", 2ª Temporada, muy interesante y amena.

TRES LECTURAS, 2+1

Mi santo fue ayer, y el día del padre también. Con ocasión de tanta fiesta nos reunimos a comer en mi casa, toda la familia, regalos incluidos. Para mi padre la biografía de Lola Herrera, para mi hermana, a la que le debía un presente cumpleañero, una nueva edición de "El guardián entre el centeno", la joya de Salinger; para mi "Arquitectura milagrosa", de Llàtzer Moix, un estupendo ensayo sobre las "Hazañas de los arquitectos estrella en la España del Guggenheim". ¿No me digan que no suena apetecible?